El rompecabezas socialista sobre Cataluña

El PSOE encara las elecciones catalanas con el mensaje unánime de que es preciso abordar una reforma de la Constitución para solucionar el problema soberanista, aunque entre sus filas se mantienen posturas diferenciadas sobre el encaje y el trato que debería tener Cataluña.

La principal discrepancia entre el PSOE y el PSC gira en torno al término nación, aunque desde las direcciones de ambos partidos han tratado de aplacar la controversia aplazando el debate y hacer causa común para que el socialismo vuelva a recuperar terreno.

Para tratar de mantener un consenso ante las críticas de que el PSOE no tiene una postura común, las familias socialistas se agarran a la Declaración de Granada aprobada en 2013 con Alfredo Pérez Rubalcaba que habla de una revisión constitucional que refleje las singularidades, la pluralidad y la igualdad de todos los españoles.

Pedro Sánchez

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En sus primeras elecciones catalanas al frente del PSOE, Sánchez se va a volcar en la campaña como nunca lo había hecho un líder socialista para dar su apoyo al primer secretario del PSC, Miquel Iceta, y tratar de movilizar el voto de los no separatistas.

Sobre la base de la Declaración de Granada, Sánchez ha hecho de la reforma de la Carta Magna su gran apuesta, aunque sin concretar por ahora qué papel tendría Cataluña en una España federal.

El líder del PSOE, que ha confesado “sentirse catalanista”, defiende reconocer la “singularidad” de Cataluña, pero no ve preciso considerarla una nación porque el problema “no es de definición, sino de convivencia”.

PSC

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Los socialistas catalanes cuentan con el respaldo del PSOE en su apuesta por buscar una tercera vía que prime el diálogo, lo que se plasma en que además de Sánchez, buena parte de los 'barones' territoriales, entre ellos, la andaluza Susana Díaz, van a arropar a Iceta en la campaña.

No obstante, el PSC mantiene en su ideario dos aspectos que incomodan a Ferraz, uno el de nación y otro del de una consulta soberanista legal, si bien esta medida la retiró finalmente del programa electoral, después de que sí fuera en el de 2012.

El PSOE andaluz

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Susana Díaz comparte la receta del diálogo en Cataluña y una reforma Constitucional que recoja las singularidades de cada región, pero ha dejado claro su rechazo al federalismo asimétrico que postula el PSC porque podría generar desigualdad.

Díaz es también enemiga del término “nación” para Cataluña porque significaría “reconocer soberanía de origen”.

Felipe González

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El expresidente del Gobierno ha irrumpido en la precampaña con su carta “A los catalanes” para disuadirles de que se sumen a una “aventura ilegal” y con el comentario que se le atribuyó en una entrevista en La Vanguardia apoyando a Cataluña como nación, que desmintió días después.

González ha contribuido a agitar el debate ante el 27S, como quieren los socialistas, aunque la controversia de la palabra nación ha vuelto a evidenciar las discrepancias sobre cómo se quiere definir a Cataluña.

Carme Chacón

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La que será número uno de la lista por Barcelona al Congreso en las generales defiende que España sea un “Estado plurinacional” en el que se permita el desarrollo de “las distintas comunidades nacionales” en su seno.

A medio camino entre Ferraz y el PSC, Chacón se inclina por ver a Cataluña como una nación -en 2010 escribió un artículo con Felipe González apoyando “la concepción de España como nación de naciones”-, pero cree que en un momento como el actual, “no hay que caer en nominalismos”.

Alfonso Guerra

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Alejado de la política desde noviembre, Guerra también se ha asomado a la precampaña para defender que, llegado el caso, se aplique el artículo 155 de la Constitución, que permite al Gobierno actuar en caso de que un territorio no cumpla las resoluciones legales.

En su despedida a finales de año, admitió el difícil papel del PSC en un tablero político como el catalán, pero volvió a criticar su línea de actuación que “no conduce a nada” y le recomendó “cambiar de estrategia o cambiar de partido”.

Otras voces

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Al debate entre los socialistas se unen otras opiniones, de carácter minoritario, que reclaman un Estado plurinacional con más autogobierno, como es el caso del diputado guipuzcoano Odon Elorza o de la corriente Izquierda Socialista.