“El sacerdote del papamóvil” destaca el carácter de “hombre libre” del papa

El sacerdote argentino Fabián Báez, conocido como “el párroco del papamóvil” desde que el papa Francisco le invitó a subir a su vehículo en una audiencia general, destacó hoy el carácter de “hombre libre e inteligente” del pontífice en una entrevista publicada por “L'Osservatore romano”.

El pasado 8 de enero, cuando el papa Francisco recorría la plaza de San Pedro para saludar a los asistentes a su tradicional audiencia general de cada miércoles, reconoció entre la muchedumbre a un párroco amigo, Báez, a quien invitó a subir al papamóvil.

Desde aquel momento, Báez ha contado su experiencia a través de su cuenta de Twitter, en la que habla de sus recuerdos con Bergoglio en su Buenos Aires natal, sobre el carácter del papa y sobre lo que sintió al conocer la noticia de que había sido elegido pontífice, lo que le provocó “un tsunami interior”.

Asimismo, Báez recordó que conoció a Bergoglio durante su etapa universitaria, quien le confesó en un modo “muy dulce y lindo” y le regaló un libro sobre la devoción al Sagrado Corazón.

El sacerdote, que a partir del próximo marzo continuará su labor pastoral en el Santuario de San Cayetano en Liniers, en Buenos Aires, afirmó que lo que más le sorprendió, por aquel entonces, del pontífice fue que se trataba de “un hombre libre y muy inteligente”.

“Es muy, muy inteligente. En Buenos Aires todos permanecían estupefactos ante su austeridad, por el hecho de que cada barrera entre él y el mundo real parecía molestarle”, aseguró.

“Era evidente, en él, el gusto, la diversión que sentía al estar entre las personas, la simplicidad de su vida, también como arzobispo y cardenal. Ni el más pobre de los curas era como él”, añadió.

Además, el párroco señala las llamadas telefónicas “por sorpresa” como uno de los recuerdos más vivos que mantiene del hoy papa Francisco.

“Sus llamadas telefónicas por sorpresa, que se han convertido en célebres en los medios de comunicación de todo el mundo, no son una sorpresa para nosotros. Una vez, siendo yo seminarista, llamó a la parroquia diciendo que quería bautizar con nosotros y así lo hizo, sin que las familias se dieran cuenta que el sacramento estaba siendo impartido por el arzobispo de Buenos Aires”, recordó.

También reivindicó que, para Francisco, todos los hombres son iguales y recordó una anécdota que le ocurrió a un amigo suyo.

Según cuenta Báez, un amigo fue a visitar a Bergoglio cuando era cardenal porque quería pedirle consejo sobre algunas situaciones “espinosas” que estaba viviendo, un encuentro que derivó en una larga conversación.

Al término de la entrevista y al salir del despacho de Bergoglio, el joven se percató de que había hecho esperar al por entonces presidente argentino, Fernando de la Rúa, algo que no le importó lo más mínimo al hoy pontífice.