Sarkozy, un “best seller” en el difícil panorama de la literatura política

La estruendosa llegada hoy del último libro de Nicolas Sarkozy confirma su condición de superventas en el panorama de la literatura política, un ejercicio al que se prestan muchos de sus colegas en Francia con suerte desigual.

El editor Plon ha imprimido 120.000 ejemplares en la primera edición de “La France pour la vie”, lo que presupone las altas expectativas que tiene puestas en la obra en la que el actual líder de la oposición repasa sus cinco años en el Elíseo (2007-2012).

Según un sondeo publicado por el canal “iTélé”, uno de cada diez franceses asegura que quiere leer el libro, lo que en términos editoriales es una cifra muy elevada.

Además, el libro lidera ya las reservas de ventas a través de internet, lo que confirma a Sarkozy como uno de los pocos políticos que triunfan en las librerías.

Su anterior obra, “Témoignage”, publicado en 2006, en vísperas de las elecciones presidenciales que lo llevaron al poder, superó las 260.000 unidades, lo que lo convierte en el libro político más vendido de los últimos años.

Sarkozy puede presumir de batir en las librerías de forma muy amplia a su verdugo en las presidenciales de 2012, el socialista François Hollande, que con “Changer le destin”, publicado en plena campaña, apenas superó los 35.000 ejemplares.

La que llega hoy a los escaparates es la novena publicación de Sarkozy desde 1994, un ejercicio al que el político se ha librado con diferentes resultados. Pero desde que relanzó su carrera política a partir de 2002, el éxito le ha acompañado en las librerías.

“La République, les religions, l'espérance”, publicado en 2004, superó los 63.000 ejemplares, el triple de lo que los editores consideran como un éxito para un libro firmado por un político.

Es, sin duda, el político en activo con más éxito editorial, solo superado por las memorias de viejas glorias.

Ese es el caso de las de la exministra y expresidenta del Parlamento Europeo Simone Veil, que en 2007 vendió 600.000 ejemplares de “Une vie”, donde además de su carrera política trataba su condición de superviviente del Holocausto, o del primer tomo de las memorias del expresidente Jacques Chirac, que superó los 300.000 ejemplares.

Pero Sarkozy puede presumir de convertir sus libros en verdaderos fenómenos porque, más allá de las ventas, consiguen que los medios de comunicación respalden el interés que despiertan.

Los editores, sin embargo, saben que no hay relación directa entre las ventas y las urnas.

Un buen ejemplo es el ultraizquierdista Jean-Luc Mélenchon, cuyos libros encuentran mayor respaldo en las librerías que sus candidaturas en los comicios.

“Qu'ils s'en aillent tous! Vite, la révolution citoyenne” rozó en 2010 los 110.000 ejemplares, pero el líder del Frente de Izquierdas no logró dos años más tarde ser elegido diputado.

El exministro Arnaud Montebourg, figura del ala más izquierdista del Partido Socialista, superó los 50.000 ejemplares con “Votez pour la démondialisation” durante las primarias de su partido para las presidenciales de 2012, pero su candidatura fue solo tercera en la carrera interna.

En cualquier caso, las ventas sí son, según los editores, un buen termómetro para conocer la popularidad de los políticos y el interés que despiertan sus propuestas.

En este sentido, “La France pour la vie” puede servir para conocer el estado de la carrera de las primarias que los conservadores celebrarán en noviembre.

“Mes chemins pour l'école”, libro programático del ex primer ministro Alain Juppé, favorito de los sondeos para esas primarias, supera los 15.000 ejemplares, mientras que “Jours de pouvoir”, del exministro Bruno Le Maire, otro de los candidatos, se acerca a los 65.000, aunque las encuestas por ahora le sitúan muy lejos de la victoria.

La edición política sí sirve para detectar grandes fracasos editoriales que, en general, también se traducen en electorales.

El más sonado fue el de la exministra tradicionalista Christine Boutin, que apenas vendió 58 ejemplares de su “Qu'est-ce que le parti chrétien-démocrate?”.