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Los sindicatos echan su primer pulso a Bolsonaro con marchas en 120 ciudades

Los sindicatos echan su primer pulso a Bolsonaro con marchas en 120 ciudades

EFE

Sao Paulo —

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Los principales sindicatos de Brasil convocaron para este viernes movilizaciones en unas 120 ciudades del país para protestar contra la polémica reforma de las pensiones propuesta por el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro.

El bautizado como “Día Nacional de Lucha en Defensa del Sistema de Pensiones” es el primer gran pulso de las centrales sindicales al mandatario brasileño desde que llegó al poder el pasado 1 de enero y servirá de termómetro para una eventual huelga general en el futuro.

El motivo de la movilización, de acuerdo con las centrales obreras, es expresar su rechazo frontal a la reforma, la cual, en caso de ser aprobada por el Congreso, “dificultará la concesión de pensiones” y “reducirá el valor de los beneficios”, según un comunicado.

La Central Única de los Trabajadores (CUT), la mayor unión sindical de Brasil, ligada al progresista Partido de los Trabajadores (PT), así como Força Sindical, la segunda más importante, están entre los convocantes de esta protesta contra lo que consideran un retroceso para los trabajadores, “especialmente los más pobres”.

La reforma del sistema de pensiones es una de las principales promesas de campaña de Bolsonaro, quien el pasado mes de febrero presentó el proyecto al Congreso, con el que pretende ahorrar 265.000 millones de dólares en 10 años.

Uno de los puntos más novedosos de la propuesta general presentada en febrero es establecer una edad mínima para acceder a la jubilación de 62 años para las mujeres y de 65 años para los hombres, ya que las normas actuales facilitan que en algunos casos las jubilaciones puedan realizarse antes de los 50 años.

A ello se suma una propuesta específica para los militares, quienes cuentan con un régimen de cotización diferenciado y con la que se busca un ahorro de 2.780 millones de dólares en una década, lo que supone tan sólo un 1 % de lo que se economizará con la propuesta general.

El cambio de las reglas del sistema de previsión social ya fue intentado por el expresidente Michel Temer, preso este jueves por corrupción, pero el Gobierno no consiguió el apoyo suficiente en el Congreso para llevar adelante el proyecto.

Bolsonaro, un capitán de la reserva del Ejército, se ha propuesto sacar adelante el texto, que se presenta como imprescindible para controlar las deficitarias cuentas públicas del país y garantizar la credibilidad del Gobierno.

No obstante, la iniciativa tiene un largo camino por delante y requerirá los votos de 3/5 tanto de los diputados como de los senadores y en dos turnos.

Asimismo, antes de llegar al plenario de la Cámara de los Diputados, el texto será analizado en al menos tres comisiones.

De ser finalmente aprobada, la reforma dejará allanado el camino hacia un sistema de capitalización individual, similar al chileno y en el que la jubilación de cada trabajador dependerá de su capacidad de ahorro a lo largo de su vida laboral.

De acuerdo con las centrales sindicales, el texto propuesto por Bolsonaro y articulado por su ministro de Economía, Paulo Guedes, supone “un ataque sin precedentes en la historia de los derechos de la clase trabajadora”.

“Son 60 páginas de maldades que, en resumen, restringen y dificultan el acceso a la jubilación, elevan la edad y el tiempo de contribución y reducen el valor que deben recibir los jubilados”, señala un documento firmado por una decena de sindicatos y movimientos sociales.

El Gobierno, sin embargo, considera que la reforma es “fundamental” para evitar el colapso del sistema, el cual, a su juicio, estrangula al Estado y presiona un creciente déficit fiscal, que el año pasado fue del 7,09 % del Producto Interior Bruto (PIB) y que se prevé que será similar este año.

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