Los socialistas lusos piden no jugar con fuego y piden ser llamados a gobernar

El Partido Socialista portugués (PS) hizo un llamamiento al jefe del Estado luso para ser llamado a gobernar cuanto antes después de que su voto y el del resto de la izquierda provocase la caída del Ejecutivo conservador en el Parlamento.

“Tenemos que ser conscientes de la situación del país y no andar jugando con fuego, cada día en que aplazamos la estabilidad de una solución gubernativa duradera para poner fin a este clima de incertidumbre es un día más en el que corremos el riesgo de que en los mercados la situación no sea bien entendida”, alertó hoy su líder, António Costa.

Durante un mitin ante militantes socialistas que terminó de madrugada, el que fuera alcalde de Lisboa entre 2007 y 2014 argumentó que “no existen razones” para mantener en vilo al país, ya que su partido firmó un acuerdo con comunistas y marxistas para garantizarse su apoyo en la Cámara y tener así mayoría absoluta.

“El actual no es un Gobierno en funciones cualquiera, es un Gobierno que fue derribado por el Parlamento, y no respetar la voluntad del Parlamento es no respetar la voluntad popular expresada el 4 de octubre (en las elecciones legislativas)”, recalcó el candidato socialista.

Las palabras de Costa se dirigieron -aunque sin alusiones directas- al presidente portugués, Aníbal Cavaco Silva, a quien la Constitución encarga la responsabilidad de decidir ahora quién forma Gobierno.

Cavaco Silva defendió ayer que no es tan urgente tomar una decisión gracias al colchón financiero con el que cuenta el país, y también restó importancia a las desventajas de un Ejecutivo en funciones.

Las críticas en el seno del PS hacia el presidente suben cada día de tono, y ayer mismo el diputado Tiago Barbosa Ribeiro le calificó de “gángster” a través de las redes sociales.

En los comicios del pasado 4 de octubre, el aspirante con más votos fue el conservador Pedro Passos Coelho (con seis puntos más que su principal rival), a quien Cavaco Silva encargó en primera instancia la formación de Gobierno pese a no contar con mayoría absoluta.

El actualmente primer ministro en funciones, sin embargo, fue tumbado en el Parlamento por la aprobación de una “moción de rechazo” respaldada por socialistas y las fuerzas de izquierda de forma unánime.

Con la caída del Gobierno, la decisión vuelve nuevamente a estar en manos del presidente luso, quien ha iniciado una amplia ronda de contactos entre diferentes sectores de la sociedad para conocer su opinión sobre cuál es la mejor solución para el país.