El rey de Tailandia pone bajo su mando dos unidades clave del Ejército

El rey Vajiralongkorn de Tailandia ordenó poner bajo su mando directo dos unidades clave del Ejército responsables de la seguridad de la Casa Real, en un nuevo paso del monarca para afianzar su autoridad.

El traspaso fue ordenado mediante un real decreto firmado por el primer ministro, Prayut Chan-ocha, y publicado el martes en la gaceta real debido a una situación de emergencia que no fue especificada.

La orden saca de la cadena de mando a una parte del primer y undécimo regimientos de Infantería, incluido su presupuesto, y lo pone bajo la autoridad directa del Mando de Seguridad Real.

Según el decreto, la decisión persigue garantizar “la eficiencia, el orden, la celeridad y la mejor seguridad” para la familia real y visitantes en Tailandia invitados por el monarca.

Desde su ascensión al trono en 2016 tras la muerte de su padre, el rey Bhumibol, Vajiralongkorn ha consolidado su control personal sobre la seguridad y las finanzas de la Casa Real.

En 2016, forzó una enmienda a la Constitución redactada por la junta militar que gobernó el país entre 2014 y julio de este año para asumir el control de cinco agencias estatales responsables de la seguridad y asuntos reales que hasta entonces dependían de la oficina del primer ministro, el Ministerio de Defensa y la Policía.

En 2017, el parlamento elegido a dedo por la junta aprobó poner bajo la autoridad del monarca la Oficina de la Propiedad de la Corona, hasta entonces dirigida por el Ministerio de Finanzas, y que gestiona un patrimonio que la revista Forbes valoró en 2011 en unos 35.000 millones de dólares (unos 31.000 millones de euros).

Durante su reinado, además, la facción militar más cercana al Rey se ha consolidado en los puestos de mando del Ejército, desplazando a la facción que promovió el golpe de Estado de 2014 y gobernó mediante la junta militar con Prayut al frente.

Todos estos movimientos se han producido en el contexto de un país con una de las leyes de lesa majestad más duras del mundo, que imposibilita cualquier debate público sobre las decisiones del monarca, aunque las imputaciones por esta ley han disminuido enormemente desde que Vajiralongkorn ascendió al trono.