La UE pide a Turquía respetar a la población civil en su ofensiva sobre Afrín

La alta representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Federica Mogherini, pidió hoy al Gobierno turco “respeto a la población civil” en la ofensiva lanzada el pasado sábado sobre la provincia siria de Afrín, situada en el noroeste del país y controlada por milicias kurdosirias.

Mogherini aseguró en una rueda de prensa ofrecida tras la reunión del Consejo de Exteriores estar “muy preocupada” por la situación en Afrín, ya que entiende que “han de garantizarse las condiciones para que la población civil no sufra las consecuencias de la ofensiva”.

Por otra parte, la alta representante de la UE para la Política Exterior lamentó que estas ofensivas “puedan dificultar la reanudación de los diálogos en Ginebra, que es lo que requiere la situación ahora mismo”.

Mogherini, que defendió que “toda actividad militar debe ser anti-Daesh” (en alusión al grupo yihadista Estado Islámico), también intentará reunirse con el ministro turco de Asuntos Europeos, Omer Celik, “que vendrá a Bruselas en los próximos días”.

Por su parte, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, expresó ayer durante un acto de su partido en Bursa su voluntad de que la operación iniciada el sábado, denominada 'Rama de Olivo', “termine lo antes posible”.

La ofensiva busca expulsar del distrito a las milicias kurdosirias de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) y a su brazo político, el PYD, ya que Ankara entiende que están asociados al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

Las fuerzas turcas entraron en Afrín el sábado junto a las milicias rebeldes aliadas de Ankara del Ejército Libre de Siria (ELS).

“La operación busca garantizar la seguridad y la estabilidad en la región”, aseguró el Estado mayor turco antes de comenzar el ataque sobre el distrito, en el que estiman que se encuentran unos 10.000 luchadores del YPG y 600.000 civiles.

Según el Gobierno turco, un misil lanzado como represalia por parte de las milicias kurdas sobre la ciudad fronteriza de Reyhanli, en la provincia de Kilis, causó un muerto y 32 heridos.