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El último adiós a la activista birmana que pidió despedirse en democracia

El último adiós a la activista birmana que pidió despedirse en democracia

EFE

Bangkok —

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En su lecho de muerte tras haber sido alcanzada por disparos realizados por militares Win Maw Oo rogó a su padre que esperara para realizar el último rito budista de su funeral hasta que Birmania (Myanmar) disfrutara de democracia.

28 años después, su último deseo se hizo realidad.

Oo se manifestaba el 19 de septiembre de 1988 en las calles de Rangún, la antigua capital, durante una serie de protestas estudiantiles en favor de la democracia, cuando recibió dos impactos de bala en sus piernas y uno en el pecho.

En el hospital general de Rangún, la joven activista de 16 años gastó las fuerzas que le quedaban para pedir a su progenitor el retraso del rito funerario.

La imagen del cuerpo ensangrentado de Oo llevado en volandas por dos estudiantes de medicina se convirtió en un icono para los opositores contra el régimen militar que gobernó con puño de hierro Birmania hasta el 2011 y durante casi medio siglo.

El “Levantamiento 8888”, como se conocen a las protestas que el 8 de agosto de 1988 alcanzaron su punto más álgido, terminó de manera sangrienta durante un golpe de Estado asestado el día antes que Oo resultara herida y que se cobró miles de vidas en las siguientes semanas.

Durante esta crisis emergió la figura de una joven Aung San Suu Kyi, hija del héroe de la independencia, Aung San, quien saltó a la arena de la política con un discurso ante medio millón de personas en la pagoda Shwedagon de Rangún.

Suu Kyi, quien posteriormente pasaría gran parte de su vida bajo arresto domiciliario y vigilada por la junta militar, instó a los manifestantes a encontrar la paz a través de la no violencia y evitar la lucha contra los militares.

Su figura fue reconocida internacionalmente en 1991, cuando le fue concedido el Premio Nobel de la Paz.

Las revueltas a favor de la democracia fueron aplastadas con inusitada fuerza y los militares impusieron una serie de medidas draconianas que perduraron más de dos décadas.

Fue hasta hace cinco años, cuando un gobierno formado por exgenerales inició un proceso de apertura política que culminó en noviembre cuando la Liga Nacional para la Democracia de Suu Kyi se impuso de manera aplastante al partido afín a los militares.

Durante una sencilla ceremonia del rito budista birmano celebrada el pasado 22 de mayo, amigos y parientes de la activista pronunciaron en voz alta el nombre de la fallecida para que los méritos alcanzados en vida se reúnan con su alma.

Una dolorosa espera de casi tres décadas para la familia, durante la cual el espíritu de Oo permaneció en el limbo conforme a la creencia local.

“Ahora que tenemos un gobierno civil y los políticos prisioneros y activistas estudiantiles han sido liberados, consideramos que era el momento adecuado para celebrar el ritual por nuestra hija”, declaró Win Kyu, padre de la fallecida, al diario The Irrawaddy.

El padre, de 64 años, señaló que a pesar de que aún queda mucho camino por recorrer para una democracia completa, como la reforma de la Constitución de 2008 que concede amplios poderes a los militares, no podían esperar más.

“Al menos ahora tenemos un gobierno civil que hemos elegido. Si hubiéramos decidido esperar más (para el cambio de la Carta Magna), no estamos seguros de haber llegado (con vida) debido a nuestra avanzada edad”, dijo Kyu tras la ceremonia llamada “hmya pay”.

El nuevo Parlamento creado tras las elecciones se formó en febrero y el 15 de marzo, Htin Kyaw, fue elegido el primer presidente birmano no militar desde el golpe de Estado de 1962.

Suu Kyi, excluida de la presidencia por una clausura de la Constitución, asumió las carteras de Relaciones Exteriores y la Oficina de Presidencia, además de crear a su medida un puesto de Consejera del Estado.

Khin Htay Win, madre de la activista, dijo que a su hija se sentiría encantada del camino democrático en el que se encuentra Birmania.

“Como padres hoy nos sentimos aliviados de que, finalmente, su alma descanse”, precisó la madre.

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