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Álvarez avisa a la CEOE de que en la nueva etapa “la vida no le será tan fácil”

Álvarez avisa a la CEOE de que en la nueva etapa "la vida no le será tan fácil"

EFE

Madrid —

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El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, considera que CEOE ha de ser consciente de que en la nueva etapa política que se abre tras las elecciones “la vida no le será tan fácil” como le fue con la mayoría absoluta del Gobierno del PP, que considera que ha estado “al servicio de la patronal”.

En una entrevista con Efe, Álvarez reclama a CEOE un esfuerzo de diálogo para restablecer las relaciones laborales, acordar la subida salarial para 2017 y apoyar un aumento progresivo del salario mínimo, que cree que tendría que llegar a unos 1.000 euros al final de la Legislatura (frente a los 655,20 actuales).

“Hemos quedado en hablar pero no ha sido posible”, reconoce el líder sindical, que subraya que le hubiera gustado haber llegado ya a acuerdos con CEOE, “algo que convendría a España”.

Pero no sólo la negociación colectiva está pendiente, Álvarez lamenta que durante la campaña se “obviase” un debate serio sobre las pensiones y el Fondo de Reserva, cada vez más menguado tras sacar el Gobierno otros 8.700 millones para pagar la extra de julio a los pensionistas.

El líder de UGT considera que el Fondo de Reserva no puede quedar en manos del Gobierno y admite que tenían que haber introducido algún “elemento de control” respecto a sacar recursos de la hucha de las pensiones.

Para restablecer el equilibrio y el Estado del bienestar, Álvarez plantea recuperar el Pacto de Toledo y defiende que la Seguridad Social necesita empleo de calidad, subida de salarios y abordar, definitivamente, que el sistema tenga más fuentes de financiación, no sólo vía cotizaciones sino también con impuestos.

En este sentido, recuerda que cuando se creó la Seguridad Social el tamaño de las empresas lo daba el número de trabajadores, mientras que ahora hay grandes empresas con pocos trabajadores, por lo que ve necesario buscar fórmulas para que también contribuyan al sostenimiento del sistema.

Estos temas están incluidos en las “20 actuaciones urgentes para el progreso” que UGT, junto a CCOO, trasladaron a los partidos antes de las elecciones y que Álvarez asegura que tienen soporte parlamentario amplio, ya que con la calculadora en la mano sale “una mayoría que da apoyo a la práctica totalidad de las propuestas”.

Sobre la derogación de las dos reformas laborales, el responsable sindical admite que el PSOE es contrario a suprimir la de Rodríguez Zapatero, pero sin negarse a modificarla, por lo que ve que “hay margen para discutir y hablar”.

Tras la repetición electoral dice que ha habido “una fiesta de la derecha” a pesar de que sigue existiendo una mayoría parlamentaria comprometida con el cambio, aunque reconoce que el PP ha salido fortalecido.

En este escenario, exige que no se hable sólo de apoyos y de constitución de Gobierno, sino que salga a la palestra el debate sobre políticas y medidas que los ciudadanos puedan visualizar.

Si se constituye un Gobierno que no contemple las demandas sindicales, UGT está dispuesto a la confrontación “sin lugar a dudas”.

“No nos vamos a quedar mirando cómo la política presupuestaria no recoge nuestras necesidades, ni cómo salen en las estadísticas cada vez más personas en situación precaria”, advierte.

Asegura que es una persona moderada y que el sindicato no tiene ningún interés en que haya conflictividad social, pero insiste en que no se van a quedar callados y no teme hablar de huelga general, aunque dice que nunca sería un objetivo en sí misma, sino “un medio para conseguir un fin”.

“Aspiro a que mi país, en el marco de la UE, no dé soporte a las políticas conservadoras”, dice Álvarez, que propone un frente con franceses, italianos, griegos y portugueses para defender políticas comunes.

Prefiere no hablar demasiado de una eventual fusión entre los dos grandes sindicatos porque cree que se trata de un “debate colateral que está muy bien”, pero que puede “despistar” de las cosas verdaderamente importantes en un momento en que no se puede perder el tiempo.

“En los bares, la gente no habla de la unión de los dos sindicatos, habla de su salario y de su contrato precario. Tenemos que centrarnos en eso”, afirma.

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