Barcelona y su área metropolitana avanzan con “prudencia” a la fase 1

Barcelona y su conurbación, donde viven el 68 % de los catalanes, está preparada para avanzar mañana a la fase 1 de desescalada con “prudencia”, como ha pedido el ayuntamiento de la capital catalana, mientras que la Generalitat ha emplazado al Gobierno a que abone a Cataluña 13.000 millones de euros por deudas pendientes y gastos derivados de la COVID-19.

También mañana pasarán a fase 2 las regiones sanitarias del Camp de Tarragona, Terres de l'Ebre y Alt Pirineu-Aran, que fueron las primeras en iniciar el camino de la desescalada, mientras que Girona, Lleida y la Cataluña Central se mantienen en la fase 1, a la que se suma Barcelona y su área metropolitana.

Aunque los contagios y sobre todo los enfermos hospitalizados descienden, Cataluña suma ya 11.835 fallecidos.

Como todos los domingos desde el inicio del estado de alarma debido a la pandemia, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha reunido con los presidentes autonómicos de forma telemática, un encuentro en el que el presidente catalán, Quim Torra, ha puesto sobre la mesa cuarenta medidas para reactivar la economía y ha reclamado que se abone a Cataluña esos 13.000 millones de euros.

Anoche, en una declaración oficial, Torra anunció las peticiones que hoy ha hecho llegar al Gobierno y dejó claro que, si Cataluña no recobra las competencias que ha perdido debido al estado de alarma, seguirá negándose a las sucesivas prórrogas que se debatan en el Congreso.

Tras la reunión, Torra ha reiterado a través de Twitter las exigencias del Govern a Sánchez, aunque la Generalitat no ha informado sobre la respuesta que ha recibido por parte del presidente español.

Entre esas peticiones se encuentra también la necesidad de acelerar el pago de los Expedientes de Regulación Temporales de Empleo (ERTE), que este domingo han alcanzado los 97.531 desde el inicio del estado de alarma y que afectan ya a un total de 718.801 trabajadores.

De forma paralela a la negociación política, en Barcelona y el área metropolitana, los negocios de restauración, especialmente los bares y restaurantes, preparan sus locales y sus 5.500 terrazas para que acojan a partir de mañana a sus primeros clientes con las medidas de higiene sanitaria y de distancia social que impone la COVID-19.

Entre estos locales se encuentran los chiringuitos de la playa de Barcelona que, tras un acuerdo alcanzado anoche entre el Gremio de Restauración y el ayuntamiento, podrán finalmente abrir esta temporada de verano con 30 mesas y 120 sillas cada uno.

A pesar de que a finales del pasado mes de abril anunciaron que daban por perdida la temporada y que no iban a abrir, once de los quince chiringuitos han decidido levantar persianas después de que el consistorio les concediera una rebaja del 75 % de las tasas municipales -igual que al resto de terrazas de la ciudad- y les permitiera ampliar su espacio para garantizar la distancia social.

El presidente del gremio, Roger Pallarols, ha celebrado ese acuerdo, que permite “salvar los muebles de la temporada”, aunque ha insistido en que Barcelona “necesita un replanteamiento integral de sus playas”, ya que el “modelo actual (de chiringuitos) no es viable”.

El Ayuntamiento de Barcelona ha pedido “prudencia” y “responsabilidad” a los ciudadanos para afrontar esta nueva etapa de la desescalada, porque “el coronavirus aún se encuentra en circulación activa”, a pesar de la evolución a la baja de las cifras de la pandemia. De hecho, en las últimas 24 horas se han notificado 35 fallecimientos por COVID-19 en toda Cataluña.

El consistorio ha recordado que siguen vigentes los mismos horarios de salida, que es obligatorio el uso de mascarillas en la calle y en el transporte y que están permitidas las reuniones de hasta 10 personas.

El comercio de menos de 400 metros puede abrir sin cita previa y con un aforo del 30 %, los transportes públicos aumentarán su oferta y su frecuencia de paso y los servicios municipales de limpieza trabajarán al 100 % para garantizar la higiene, en especial en los entornos sensibles como hospitales, mercados o centros sanitarios.

También a partir de mañana se permitirán las visitas a los cementerios y la asistencia de hasta 15 personas en los entierros al aire libre (10 en caso de incineraciones), y se reabrirán 20 centros de Servicios Sociales.

En el caso de Tarragona, que entrará en fase 2, el ayuntamiento utilizará una aplicación informática para controlar el acceso a las playas, ya que ese momento de la desescalada permite, entre otras cosas, la reapertura de playas y piscinas, el baño y la práctica de deportes de forma individual.