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Defender la tesis doctoral desde el salón de casa

Defender la tesis doctoral desde el salón de casa.

EFE

Madrid —

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El salón o aquella habitación de tu casa donde hay mejor conexión a internet se ha convertido en el nuevo escenario donde defender la tesis doctoral si no se quiere que la crisis por el coronavirus trastoque las fechas previstas para verse las caras ante un tribunal después de años de esfuerzo.

“Al saber que tenía que hacerlo de forma telemática entré en pánico, ni siquiera me gusta usar Skype o hacer vídeollamada por WhatsApp, nunca lo hago. Pero era la única forma de poder hacerlo y no dilatarlo tanto. Así que tuve que activar el instinto de supervivencia, que nos permite hacer lo que nunca imaginamos, para enfrentarlo”.

Lo cuenta a Efe Adriana Noemí Salvador, la primera en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en hacer la lectura de tesis por videoconferencia en medio de la cuarentena por el coronavirus.

Es una joven argentina que ha estudiado antes en una universidad israelí y que desde Roma (Italia), donde está viviendo ahora, acaba de defender su tesis doctoral, todo, como ella reconoce, dando “verdaderos saltos acrobáticos en el circo de este mundo”.

Como otros doctorandos de la UNED o de otras universidades como la de Granada (UGR), que también ha dispuesto de la posibilidad telemática, Adriana se ha conectado “online” con su tribunal para defender su trabajo sobre Filología, tras estudiar Teología y Ciencias Bíblicas.

Tras dos años “intensos” preparando la tesis, Adriana comenta que para ella “vivir en cuarentena viene desde hace mucho”, pues antes hay que sumar ocho años de estudios por tener que haber convalidado sus estudios en otro país.

Su tesis bajo el meticuloso título “Aporte de Alviero Niccacci al estudio del sistema verbal hebreo en la poesía veterotestamentaria. Análisis y evaluación crítica”, recuerda a un franciscano fallecido en 2018 y que propone un determinado método de análisis para el verbo hebreo.

“Conocí en persona a Niccacci, ha sido una motivación muy grande”, reconoce esta joven que asegura que “desde el inicio” tuvo claro que la COVID-19 “era algo serio”.

“Venía siguiendo muy de cerca lo que pasaba en Wuhan, y ya tenía la fecha de la lectura de la tesis asignada para el 24 de marzo”. “Cuando me llega la convocatoria estaba en Italia y se cerraron como primera medida los centros educativos, enseguida pensé que sucedería lo mismo en España”, rememora.

DESDE MI CUARTO

Llamó a la UNED pidiendo algún documento para presentar en el aeropuerto de Madrid si la paraban por venir desde Italia y la aseguraron que una solución siempre se encontraría, por lo que se quedó en su casa de Roma.

“Defendí mi tesis desde mi propio cuarto porque vivo junto a otras estudiantes. No quería postergarlo, convencida de que los tiempos iban a ser largos -continúa- y todo fue muy rápido, aunque con incertidumbre”.

También hubo cambios en el tribunal porque había asignadas personas mayores que, naturalmente, rechazaron tener que trasladarse a un sitio pero luego, al cambiar todo, pudieron hacerlo desde sus hogares, recalca.

“Han sido días intensos, pero tenía la confianza de la UNED -se habían hecho lecturas de tesis a distancia pero nunca desde las casas de los alumnos- y en la lectura participó también un miembro del soporte técnico para asegurarnos de que todo siguiera su curso”, especifica.

ACTIVOS Y SOLIDARIOS

“El resultado fue óptimo, aunque confieso que hasta que no me llegó por 'email' una copia con mi nota no he dormido”, enfatiza Adriana, que ha cogido el ritmo telemático y ha pensado ofrecerse para dar ella misma un curso virtual sobre la Biblia y el coronavirus.

“El aislamiento social nos acompañará por un buen tiempo y debemos procurar mantenernos activos y solidarios”, añade.

La directora en funciones de la Escuela Internacional de Doctorado de la UNED, Cristina González Gaya, explica que el objetivo es que la docencia y los servicios “sigan su curso con normalidad ante esta situación anómala y tan extraordinaria”.

Como ejemplos de condicionantes sociolaborales o personales que podrían causar trastornos a los doctorandos, González señala que hay personas que dependen de una beca para sufragar su investigación y que no la revalidarían sin la tesis, y hay alguna alumna embarazada para la que retrasar la tesis supondría posponerlo a cuando dé a luz.

También la Universidad de Granada (UGR) ha puesto en marcha la defensa de tesis doctorales por videoconferencia a través de un protocolo que mantiene todas las garantías del doctorando, haciendo compatibles la defensa de la investigación en un acto público con las deliberaciones secretas del tribunal.

Así, tesis sobre el ámbito de la Química, las Ciencias de la Tierra y la Biomedicina han reunido a doctorandos, al tribunal e incluso a público aunque por videoconferencia desde el lugar de residencia de cada uno.

Tras la defensa -ha explicado la UGR en un comunicado-, los miembros del tribunal han realizado las aportaciones y comentarios oportunos y luego se ha habilitado una segunda sala virtual para que el tribunal realizara en secreto su deliberación.

El director de la Escuela de Doctorado de Ciencias, Tecnologías e Ingenierías de la UGR, Antonio García Casco, explica que, en principio, “se trata de un proceso que se ha habilitado para casos de urgencia. En este caso, se trataba de la necesidad de los doctorandos de tener el doctorado antes del 1 de abril para la renovación de sus contratos”.

“Seguro que el futuro ya no será exactamente igual. Todo lo que está ocurriendo ahora tendrá un impacto mayor o menor en el futuro de las defensas de tesis. Al menos, nos permitirá tener protocolos alternativos”, añade García Casco.

Pilar Rodríguez Veiga

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