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Estrasburgo revisa el caso del despido de un cura como profesor de Religión

EFE

Estrasburgo (Francia) —

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La Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos celebró hoy una vista sobre la demanda del exsacerdote José Antonio Fernández Martínez, que denunció ante la Justicia europea haber sido despedido como profesor de religión porque estaba casado.

Fernández, su mujer y tres de sus cinco hijos acudieron hoy a la revisión de este caso, cuyo veredicto final, contra el que no cabrá recurso, se sabrá en los próximos meses.

La Corte europea había dictado el pasado mayo que España no violó los artículos del convenio europeo de derechos humanos relativos al respeto de la vida privada y familiar, a la prohibición de la discriminación, a la libertad ideológica y de expresión, y a un juicio justo.

Fernández, que ejerció como profesor de religión en varios institutos murcianos entre 1991 y 1997, se ordenó cura en 1961 y en 1984 solicitó una dispensa del sacerdocio, concedida trece años después, para casarse por lo civil en 1985.

El despido, según el demandante, se produjo tras la aparición en la prensa murciana en noviembre de 1996 de una foto suya con su familia en un acto del Movimiento Pro Celibato Opcional.

La vista de hoy estaba destinada a escuchar a las partes y en ella el abogado de Fernández, José Luis Mazón, criticó que en la anterior sentencia hubiera contradicciones que generan “discordia”, en referencia a si el motivo del despido fue la publicación de la foto o declaraciones del demandante contrarias a la doctrina de la Iglesia.

Uno de los jueces, el español Alejandro Saiz Arnaiz, indicó entonces que la no renovación del contrato “fue una violación” del derecho al respeto de la vida privada y familiar, y Mazón estimó hoy que esa opinión disidente “puede ser vista como sentencia correcta”.

El demandante aseguró hoy a EFE que veía “con cierta esperanza” que la Gran Sala le acabe dando la razón, pero dijo estar inquieto “por las presiones eclesiásticas”, que en su opinión le hacen sentir “como ante el Santo Oficio”.

Fernández admitió ser crítico con “algunos” miembros de la jerarquía eclesiástica, pero defendió su fe alegando que va a misa todos los sábados por la tarde, y negó haber atacado nunca a la Iglesia católica.

Por su parte, el representante estatal, Francisco de Asís Sanz, dijo que el demandante sí había hecho declaraciones contrarias a la doctrina católica, delató “contradicciones” entre sus manifestaciones y la asignatura que impartía, y defendió la potestad que tienen los obispos para autorizar o no que un excura pueda dar esa materia.

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