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Esta información es un teletipo de la Agencia EFE y se publica en nuestra web de manera automática como parte del servicio que nos ofrece esta agencia de noticias. No ha sido editado ni titulado por un periodista de eldiario.es.

Fake news en Brasil: una guerra ideológica y de ingresos publicitarios

Fotografía de exposición múltiple del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sin mascarilla, mientras habla con sus partidarios, incumpliendo el decreto sobre el uso obligatorio de máscaras para protegerse del coronavirus, este jueves, en el Palacio do Alvorada, sede de la presidencia, en Brasilia (Brasil).

EFE

Sao Paulo —

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De la trinchera ideológica a la asfixia financiera. La guerra de las fakes news en Brasil se ha recrudecido desde que un perfil de Twitter anónimo haya persuadido a cientos de empresas a que retiren sus anuncios de un portal investigado por diseminar noticias falsas, golpeando su principal fuente de ingresos.

Escondido en el anonimato de las redes sociales, Sleeping Giants Brasil, que suma más de 350.000 seguidores, ha provocado malestar en webs afines al discurso del presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, pues denuncian “censura ideológica directa” por estigmatizarles ante los anunciantes.

Esta iniciativa anónima, que dice impulsar “una lucha colectiva de ciudadanos contra el discurso de odio”, se dedica a avisar a las empresas de que sus anuncios están en portales investigados por diseminar Fake News. Su primer objetivo ha sido Jornal da Cidade Online.

El creador de la cuenta Sleeping Giants Brasil concedió una entrevista por email a Efe bajo la condición de mantener el anonimato “por cuestiones de seguridad”.

La elección de Jornal da Cidade Online se debió a “su alcance” porque “solo en abril recibió más de 34.000 millones de accesos”, aunque también por “su mensaje odioso” y “las famosas fake news que son constantemente propagadas por la página”.

En apenas dos semanas, el perfil consiguió que más 200 compañías se comprometiesen a sacar sus anuncios de este portal considerado “bolsonarista”.

Entre ellas figuran las filiales de Mercedes Benz, Nissan, Fiat y Ford, además de otros gigantes como Facebook y McDonald's.

“No podemos calcular el perjuicio causado por la retirada de estos anuncios, todo es muy reciente, pero sabemos que conseguimos colocar en análisis una campaña que iba a generarle más de 220.000 reales en un año” (unos 44.000 dólares), detalló el creador.

Jornal da Cidade Online está bajo investigación de una Comisión del Parlamento brasileño por su papel en la diseminación de noticias falsas.

Esta semana, Sleeping Giants Brasil declaró la guerra a otro portal ideológicamente afín con el Gobierno Bolsonaro, Conexao Política.

“UNA TRAMPA PELIGROSA”

El editor del Jornal da Cidade Online, José Tolentino, admitió en declaraciones a Efe que “algunas empresas pasaron a no anunciarse más” en este portal “conservador liberal”, aunque preguntado por el coste económico de las pérdidas, el periodista esquivó dar detalles.

“Ya denunciamos a algunas empresas (...) que cayeron en una trampa peligrosa” y que “están siendo inducidas a un error y cohibidas creyéndose a quien actúa de mala fe”, lamentó.

De acuerdo con Tolentino, Sleeping Giants es “una página misteriosa, oscura, oculta, de naturaleza desconocida y propagadora de fake news” y “nadie sabe quién es el autor”, la cual cosa “no deja de ser una inmensa cobardía antiética que debería ser repudiada por la propia plataforma” de Twitter.

“El objetivo claro de esta página pirata es asfixiar económicamente nuestro periódico por no estar de acuerdo con la línea editorial”, es decir, es una “censura ideológica directa, hecha por el modo más sórdido e ilegal posible”, criticó.

INDIGNACIÓN DEL GOBIERNO Y EL CLAN BOLSONARO

En uno de sus primeros actos, que fue además el más controvertido, Sleeping Giants alertó al Banco de Brasil, donde el Estado brasileño controla el 50 %, de que su marca aparecía anunciada en el Jornal da Cidade Online.

La reacción inmediata del banco fue retirar los anuncios de la plataforma, una decisión que despertó la indignación del clan Bolsonaro.

Entre los más críticos se encontraba uno de los hijos del presidente, el concejal de Río de Janeiro Carlos Bolsonaro, quien está siendo investigado por su presunto vínculo con grupos que diseminan noticias falsas en las redes sociales.

El secretario de comunicación del Gobierno, Fabio Wajngarten, también se rebeló contra Sleeping Giants.

“La censura ideológica usa varios disfraces y los más comunes hoy en día son las agencias de verificación y el llamado periodismo progresista”, escribió en su cuenta oficial de Twitter el jefe de comunicación de la presidencia del país, quien defendió el “trabajo muy serio” del Jornal da Cidade Online y la “importancia del periodismo independiente”.

Ante tal repercusión, el Banco de Brasil dio un paso atrás y retiró la restricción de publicidad en la plataforma asociada al bolsonarismo, en la que desde enero de 2019 había invertido 2.855 reales (unos 550 dólares).

La versión oficial de la entidad bancaria, divulgada en un comunicado al que ha tenido acceso Efe, es que el banco “decidió dar marcha atrás en la suspensión” de publicitarse Jornal da Cidade Online tras considerar las políticas de las “herramientas de media programática”.

Sin aportar más detalles, señaló que estas herramientas “no permiten los anuncios en sites que publiquen declaraciones falsas, diseminan contenidos engañosos u omitan información”.

INSPIRADO EN UNA INICIATIVA ESTADOUNIDENSE

Sleeping Giants Brasil nació en mayo de 2020 inspirado en una cuenta homóloga en Estados Unidos que, iniciada en noviembre de 2016, provocó a Breitbart News, la plataforma que dirigía el gurú de extrema derecha Steve Bannon -ex asesor de Donald Trump-, pérdidas de hasta 8 millones de euros.

En tan solo una semana, la plataforma superó los 285.000 seguidores que consiguió en cuatro años el perfil original de Sleeping Giants en Estados Unidos.

El nacimiento de esta cuenta coincidió con la entrada de lleno en el punto de mira de la Justicia brasileña de una supuesta “máquina de propaganda” bolsonarista, bajo la sospecha de un uso masivo de “ejércitos de robots” para difundir noticias falsas durante la campaña de los comicios de 2018, ganados por el actual jefe de Estado. Sospechas siempre negadas por los Bolsonaro.

También esta semana salió a la luz un informe parlamentario, divulgado por el diario brasileño O Globo, en el que se acusa al presidente Bolsonaro de haber publicado millones de anuncios de propaganda oficial en portales que están siendo investigados por la Corte Suprema del país por difundir noticias falsas.

Ese documento también dice que la Secretaría de Comunicación del Gobierno se valió incluso de la plataforma Google AdSense, que reenvía propagandas directamente a portales y sitios de internet, pero permite al anunciante bloquear a aquellos que considere no apropiados, lo cual no fue hecho.

En ese sentido, Google Brasil aclaró en un comunicado a Efe que “tienen políticas estrictas que rigen los tipos de contenido que pueden monetizarse” a través de sus plataformas.

“Trabajamos para elevar el contenido de alta calidad de fuentes confiables. Cada vez que encontramos editores que violan nuestras políticas, tomamos medidas inmediatas”, concluyó la empresa.

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