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La Federación Internacional de Motociclismo fulmina un premio en metálico para mujeres para ahorrar

Sandra Gómez tras ganar el campeonato del mundo de SuperEnduro

Marta Borraz

Sandra Gómez no va a recibir los 600 euros de premio por ganar el mundial de SuperEnduro el pasado 12 de marzo, después de años intentándolo. La Federación Internacional de Motociclismo (FIM) ha cambiado el reglamento y ha eliminado los premios en metálico que antes contemplaba para las mujeres que competían en esta disciplina de motociclismo, que consiste en recorrer un circuito cerrado y superar diversos obstáculos.

Esta piloto madrileña de 23 años asegura que tras subirse al podio acudió –como otras veces– a cobrar el premio que hasta entonces contemplaba el reglamento. La norma establecía 600 euros para la ganadora de una carrera en la que compitieran seis personas y el importe iba ascendiendo si el número de participantes era mayor. Para menos de seis, no consideraba ningún importe. En esta ocasión corrieron seis chicas, pero una de ellas no pudo finalizar por una lesión.

“Me dijeron que me acercara la siguiente semana a la última carrera del campeonato masculino para cobrar”, cuenta Gómez a eldiario.es. “Como es la ciudad en la que vivo, no me importó, pero cuando acudí a por el premio me dijeron que no había para las chicas”, prosigue. Algunos integrantes de la Federación Internacional de Motociclismo le explicaron que el reglamento había cambiado y que se habían eliminado los premios para las mujeres en esta modalidad de motociclismo.

Si la anterior incluía un apartado en el que se describían los premios tanto para la categoría 'Junior' ('Juvenil') como para 'Women' ('Mujer'), en la última versión de la normativa la FIM ha borrado el capítulo referido a ellas. La federación asegura que la decisión responde a una necesidad de reducir costes para “mantener este campeonato” porque “a pesar de todos los esfuerzos que se han puesto en intentar atraer participantes la respuesta ha sido muy limitada (menos de diez)”.

“Un paso atrás”

El organismo ha creado un grupo de trabajo para abordar la situación de esta disciplina, en la que en la categoría general, quien se proclama campeón recibe 2.000 euros y un mayor de 16 años y menor de 23, que compite en la categoría juvenil, 1.000 euros. Las pilotos pueden competir también en la general y enfrentarse a hombres, una opción que Gómez descarta “porque la creación de campeonatos específicos para mujeres fomenta que haya más chicas”.

“Sabemos lo importante que es para las pilotos obtener el premio en efectivo [...] pero en esta caso la decisión tomada fue mantener el campeonato”, sostienen fuentes de la federación, que asegura que el pasado mes de diciembre fueron informadas las federaciones nacionales. “La Real Federación Motociclista Española (RFME) fue debidamente informada”, añade.

Fuentes de la RFME declaran que “la responsable de los cambios de normas es la federación internacional, que convoca el campeonato, y normalmente comunica las modificaciones directamente a los pilotos”. Algo corroborado por la propia Gómez, que también compite en la categoría de Trial y ha ganado numerosos premios en distintas competiciones. “Un hombre con los premios que yo tengo tendría otras condiciones, otra repercusión, otro sueldo, otra moto...”, afirma esta estudiante de Fisioterapia en la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

La piloto no recibe ningún salario de los equipos en los que compite –uno en la disciplina de SuperEnduro y otro en Trial–, aunque sí tiene patrocinadores que le pagan el material. “El dinero del premio no era mucho, pero sí me solucionaba bastante porque yo me hago cargo de los hoteles y de los aviones cuando compito fuera”, explica Gómez, que a diferencia de muchos chicos con su experiencia y sus títulos no puede vivir de ello.

La RFME se puso en contacto con la internacional después de saber que la campeona del mundo no iba a cobrar el premio y la respuesta fue que el reglamento había sido modificado. Gómez no sabe qué ocurrirá el próximo año, pero “si logramos atraer a más participantes, las condiciones mejorarán y los organizadores no estarán obligados a reducir costes al mínimo estricto”, explica la Federación Internacional de Motociclismo.

La piloto sigue sorprendida y desconcertada porque nadie le comunicó que no iba a recibir el dinero del premio. “Yo también pago una licencia para competir, igual que los hombres, puedo llegar a entender que los premios para nosotras sean inferiores porque son ellos los que llenan los estadios, pero no pagar es un paso atrás”, denuncia.

Gómez insiste en la importancia de que cada vez más mujeres se apunten a competir en este tipo de disciplinas, “un mundo muy de hombres”, como lo define ella. Opina que el premio en metálico “es un reclamo importante” y denota que “la federación se preocupa por atraer a más participantes”.

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