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Heridas sin cicatrizar por los desaparecidos de la guerra del Líbano

Heridas sin cicatrizar por los desaparecidos de la guerra del Líbano

EFE

Beirut —

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Más de 40 años después del comienzo de la guerra libanesa (1975-1990) familiares de los alrededor de 17.000 desaparecidos durante aquella contienda recordaron hoy que las heridas abiertas tras la pérdida de sus seres queridos, continúan sin cicatrizar por la falta de información.

En el día internacional de las víctimas de desapariciones forzadas, alrededor de un centenar de familiares se congregaron hoy en la plaza Gebrán Jalil Gebrán, frente a la sede la ONU en el centro de Beirut, para exigir una vez más respuestas.

Los familiares de desaparecidos mantuvieron durante años en esa plaza tiendas de campañas en una vigila continúa en la que se fueron turnando hasta que se fue apagando. Hoy solo queda una carpa como símbolo de la protesta.

Rabah y Zena Yajrur, dos de los participantes en el acto de recuerdo, relataron a Efe el sufrimiento diario que viven desde que sus dos hermanos Ahmad y Mohamad desaparecieron con 21 y 19 años, respectivamente, en 1982, durante la segunda invasión israelí del Líbano.

“Nuestros hermanos desaparecieron en Beirut y desde esa fecha nunca hemos vuelto a tener noticias de ellos. Mi madre luchó hasta los últimos días de su vida por saber algo y murió de cáncer que atribuimos a sus sufrimientos”, dijo Rabah.

Aseguró que han llamado a “todas las puertas en vano” y viven “pendientes de cualquiera información” pero hasta ahora sin éxito.

“No perdemos la esperanza, que es lo que nos mantiene con vida, y confiamos en Dios para que algún día podamos saber algo de ellos”, dijo.

La misma tristeza manifestó Nihil Keskovian, cuyo esposo Kosjaya Chehwen desapareció en 1980 cuando tenía 28 años en la ciudad de Batrun (norte).

“A los tres meses de su desaparición supimos que estaba en Siria. Lo fui a ver con mi cuñada Munira, pude hablar unos momentos con él, y lo último que me dijo fue que Dios perdone al que me hizo estar acá”, dijo a Efe Keskovian.

Después todos los intentos por verlo fueron infructuosos, dijo, al recordar cómo iban de cárcel en cárcel en su búsqueda.

Un destino similar tuvo Georges Hanna, un ingeniero electrónico, que desapareció en el oeste de Beirut, de mayoría musulmana, en 1985 cuando se dirigía a la Universidad Libanesa a dar clases.

“Después de diez años, supimos que estaba en Siria, me trasladé allí, vi su nombre y sus datos, pero nunca me dejaron que viera a mi hermano”, dijo a Efe Nur Hanna.

Durante los 29 años de presencia siria, centenares de libaneses y palestinos fueron llevados a Siria por oponerse a la política de ese país, que siempre negó la existencia de presos políticos en sus prisiones.

La presidenta del Comité de los familiares de los desaparecidos, Wadad Halawani, lamentó que el Parlamento aún no haya dado el visto bueno para aprobar una ley que establezca un banco de muestras de ADN y un comité nacional independiente que ayude en la búsqueda de los desaparecidos.

En un reciente comunicado, la ONG Human Rights Watch criticó al Gobierno libanés por no haber avanzado en rendir cuentas de los desaparecidos durante el conflicto armado y la ocupación siria, y por no haber establecido una comisión nacional independiente para investigar esos casos.

El exdiputado Ghassan Mujeiber, exmiembro de la Comisión parlamentaria de derechos humanos, indicó a Efe que es “un asunto políticamente complicado porque recuerda los crímenes de guerra, pero se debe superar esa situación y votar la ley porque está preparada”.

Según dijo, uno de los problemas es que antiguos jefes y milicianos ocupan actualmente responsabilidades en el país y por eso falta voluntad política para indagar sobre lo sucedido y buscar a los desaparecidos, algunos de ellos en fosas comunes dispersas en el país.

Al término de la concentración, los presentes escribieron en pañuelos triangulares, de colores blanco, morado, verde y celeste, el nombre de sus seres queridos y la fecha en la que desaparecieron.

Luego, con ellos en el cuello o en las manos, se detuvieron frente al Parlamento, donde una comisión entregó una carta firmada pidiendo la creación de la comisión nacional independiente.

Por Kathy Seleme

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