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Listas de espera y reducción de camas tras la faraónica obra del hospital de Burgos

Vista del Hospital Universitario de Burgos

Irene Castro

La obra faraónica del Hospital de Burgos –que tuvo un sobrecoste de casi 300 millones de euros y cuya gestión privada va a superar los 1.600 millones de euros en tres décadas– no ha servido para nada. La capital burgalesa tiene ahora menos camas, un bloque permanece cerrado y las listas de espera han aumentado. El centro tiene las mayores listas de espera de toda la comunidad autónoma y, pese a ser el mejor dotado, deriva pacientes a clínicas privadas.

El presidente autonómico, Juan Vicente Herrera, prometió que el nuevo hospital sería más barato, más rápido y que no aumentaría la deuda pública. Las cifras y los retrasos revelan que las promesas no se han cumplido. El presupuesto inicial era de 242 millones de euros que se dispararon hasta 528. Además, la Junta se comprometió a pagar un canon de 38 millones de euros durante tres décadas a los responsables de la gestión de los servicios no asistenciales, pero el aumento de los gastos suspuso que en 2013 se pagaran 71 millones. Este año el canon ya alcanza los 69 millones.

Por tanto, el coste total del centro superará los 2.000 millones. Una sociedad mercantil se encarga de controlar la gestión de la concesionaria, es decir, ni siquiera controla la facturación el servicio público de salud.

La apertura del nuevo hospital –tres años después de lo prometido– supuso el cierre de los que ya existían en Burgos y ha conllevado un descenso en el número de camas disponibles en la capital: de 934 camas en 2006 ha pasado a tener 861, según los datos oficiales de la Junta de Castilla y León. Esto supone una reducción de aproximadamente el 8%. Además, no se ha construido uno nuevo en Aranda de Duero debido al sobrecoste de la construcción del de la capital burgalesa.

Los trabajadores califican de “despropósito” la construcción del centro hospitalario, cuyo único acceso es “el ascensor”. Además, explican que el autobús no llega a la puerta y sospechan que el objetivo es que se utilice el párking, cuyos beneficiarios son los adjudicatarios.

La peor lista de espera

La lista de espera del nuevo hospital es la más elevada de toda Castilla y León, con una cifra oficial de 5.015 pacientes –aunque fuentes del centro hablan de 6.300 en las intervenciones quirúrgicas–. Los retrasos son especialmente polémicos en el caso de las mamografías. El hospital llega a citar con más de un año de espera y posterga a algunas pacientes.

Según la documentación a la que ha tenido acceso eldiario.es, el Hospital de Burgos ha citado a una paciente para realizar esa prueba ginecológica dentro de un año y dos meses: la citación –emitida en marzo de este año– era para mayo de 2015. Otra paciente –citada en octubre de 2013 para el próximo mes de junio– ha recibido una notificación por lo que le informan de que la mamografía será pospuesta para finales de septiembre. Este no es un caso grave, pero tampoco se trata de una revisión ordinaria, sino de una paciente a la que le han detectado bultos que tiene que revisarse periódicamente.

Según la plataforma Sanidad Pública Sí, se están postergando los casos de patologías “susceptibles de seguimiento y control”, es decir, mujeres a las que se les han detectado bultos que requieren vigilancia por si pasan a ser malignos.

El gerente del hospital, Miguel Ángel Ortiz, reconoció a El Diario de Burgos que “algunas son mamografías de control”. No obstante, con esa declaración admitió que no todas lo eran y que puede haber otro tipo de casos que se estén alargando. Además, el responsable del hospital atribuyó el retraso al “exceso de peticiones”. También se comprometió a solucionar el problema, pero la plataforma por la sanidad pública dice que solo se adelantan las citas de las pacientes que se quejan.

Menos trabajadores, más externalización

Los trabajadores del centro consideran que la falta de personal, porque no existe reposición ni de bajas ni de jubilaciones, es la causa de que el servicio no funcione. Fuentes del comité de empresa señalan a eldiario.es que frente al 20% de aumento de personal que estaba previsto con el nuevo hospital, se han destruido más de 100 empleos.

“Se quitaron las jornadas de trabajo por la tarde y Burgos fue la única provincia que externalizó en vez de contratar”, explica un portavoz de Sanidad Pública Sí, que cifra en 3,2 millones de euros el coste de las externalizaciones. “Se externaliza todo porque se paga al dueño del hospital [un conjunto de empresas] por cada acto médico”, añade ese portavoz.

El PSOE culpa de los retrasos a la privatización de los servicios y sostiene que el pago del sobrecoste de la construcción y el pago de un canon (también disparado) por la gestión de los servicios no asistenciales provocan que la Junta tenga que recortar en personal. “El hospital tiene tal sobrecoste y ha generado tal cantidad de gastos para que las empresas concesionarias tengan negocio que ahora no tiene recursos. Como a las adjudicatarias tienen que pagarlas por contrato, lo hace no cubriendo bajas, amortizando las plazas y cerrando toda una planta”, expresa el líder del PSOE de Burgos, Luis Tudanca.

Los socialistas advierten de que el hospital deriva a algunos pacientes a centros privados –algo que también sucede en otras regiones, como en Madrid– y temen que las listas de espera, como la de las mamografías, se traduzcan en una externalización de ciertas asistencias médicas. “Quitan recursos a la sanidad pública para dárselos a la privada”, resume el diputado Luis Tudanca.

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