Italia y Austria coinciden en reforzar lazos contra la inmigración ilegal

El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, y su homólogo austríaco, Herbert Kickl, coincidieron hoy en estrechar lazos para pedir a la Unión Europea (UE) que endurezca los controles contra la inmigración ilegal y proteja las fronteras externas.

Los dos ministros se reunieron en la capital italiana y después comparecieron ante la prensa, donde afirmaron que propiciarán una “alianza” con países que compartan la voluntad de luchar contra la inmigración ilegal.

“El objetivo es proteger las fronteras externas, no dividir el problema entre los países europeos, sino resolverlo todos juntos”, dijo el ultraderechista Salvini, quien es también vicepresidente del Gobierno italiano.

“Debemos hacer una alianza con los países que piensen igual”, apuntó por su parte Kickl.

Salvini, que está mostrando mano dura contra la inmigración y el pasado 10 de junio impidió al barco Aquarius que atracara en uno de sus puertos con 630 inmigrantes a bordo, opinó que la UE está viviendo “un momento histórico” en el que tiene “la oportunidad de cambiar”.

“Creemos que puede cambiar a mejor en temas como la inmigración, la seguridad y la lucha contra el terrorismo para que finalmente se protejan las fronteras externas”, expuso el político populista italiano.

Aseguró que tiene “confianza” en la presidencia de turno comunitaria que corresponderá a Austria a partir del 1 de julio y esperó que “puedan cambiar las reglas de gestión de la inmigración”.

En opinión de Salvini, una “inmigración de masas daña a los verdaderos refugiados que escapan de verdad de la guerra” y no sirve “ni a italianos, ni austríacos ni a las personas que huyen en busca de un futuro mejor”.

Reiteró, como ha hecho en los últimos días, que Italia no puede ser “el campo de refugiados” de la UE y consideró que los países socios deberían “implicar a más personas y más medios” para controlar a los flujos migratorios en la zona del Mediterráneo central.

Por su parte, el ministro austríaco criticó que algunos países hablen de solidaridad y argumentó en su Gobierno concibe la solidaridad como “la protección del pueblo (europeo) y de las fronteras externas”.

Subrayó que los países miembros deben “trabajar con terceros países para controlar la inmigración ilegal” y solucionar así esta crisis.

“Hay que pasar a una política activa. La política debe estar de la parte del pueblo, hay que dar una señal a los traficantes de personas para que comprendan lo que estamos haciendo”, sostuvo.

Finalmente, celebró que haya “habido un cambio de mentalidad radical en Europa en las últimas semanas”, después de que países como Italia hayan pedido una modificación del reglamento de Dublín -que establece que el país que debe hacerse cargo de una solicitud de asilo es aquel en el que el demandante pisó por primera vez territorio comunitario-.