Liberia agradece a trabajadores sanitarios la derrota del ébola en el país

La presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, agradeció la lucha “incesante” de los trabajadores sanitarios que ha permitido que hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya podido declarar a Liberia país libre de ébola.

“Gracias a vuestro incesante esfuerzo, el ébola se ha ido hoy”, afirmó la presidenta durante una breve ceremonia en el hospital John F. Kennedy de Monrovia para celebrar la derrota al virus.

Hoy se han cumplido 42 días desde que la última persona infectada murió en Liberia y, desde entonces, no se han detectado nuevos casos en el país.

Liberia, con 10.322 contagios y 4.608 muertes, es el país en el que más personas han fallecido a causa de la epidemia.

“No más ébola, no más ébola”, dijo la mandataria en medio de los aplausos de los asistentes a la ceremonia, entre los que se encontraban algunos miembros de la OMS.

“Oremos para que el ébola nunca vuelva a Liberia”, añadió la presidenta, que también visitó varios hospitales y clínicas para comunicar a los liberianos que el virus ha acabado.

En total, 375 representantes del personal sanitario de Liberia se infectaron del virus y 189 perdieron su vida al tratar a los pacientes sin usar las medidas de protección adecuadas.

Mientras, en los países vecinos de Sierra Leona y Guinea Conakry la epidemia persiste, por lo que Sirleaf prometió que Liberia seguirá ayudando en esta lucha contra la epidemia.

“Ellos son nuestros socios. Estamos trabajando con ellos en el intercambio de información y materiales. Son nuestros hermanos en esta lucha regional para derrotar el virus”, añadió.

Médicos Sin Fronteras (MSF) también celebró la declaración de la OMS pero pidió cautela dado que todavía siguen produciéndose nuevos contagios en Sierra Leona y Guinea Conakry.

“El brote no puede darse por finalizado”, dijo MSF en un comunicado, en el que señaló la necesidad de mejorar la vigilancia transfronteriza para prevenir que el ébola pueda emerger de nuevo en Liberia.

El virus se originó en diciembre de 2013 en una zona boscosa de Guinea Conakry, fronteriza con Liberia y Sierra Leona, por lo que rápidamente traspasó las porosas fronteras y se expandió entre los tres países, un contagio que hasta la fecha ha infectado a 26.298 personas, de las cuales 10.892 han fallecido.