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Sainteny: “La crisis climática oculta problemas ambientales peores”

Sainteny: "La crisis climática oculta problemas ambientales peores"

EFE

Madrid —

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La lucha contra el cambio climático se ha convertido en la “madre de todas las batallas ambientales” pero no es el principal problema de este tipo al que se enfrenta la humanidad, ha advertido a Efe el experto francés Guillaume Sainteny.

Este profesor de la Escuela Politécnica de París, que fue director de gabinete de la que fuera ministra de Medio Ambiente de Francia, Corinne Lepage, ha explicado que el concepto de crisis climática “domina las políticas ambientales pero también oculta e incluso perjudica otros problemas más prioritarios”.

De acuerdo con su análisis, las organizaciones intergubernamentales “están de acuerdo en que se debe poner más el enfoque en la pérdida de biodiversidad, en la calidad y cantidad de agua que tenemos, en la polución del aire y, más tarde, en el cambio climático” propiamente dicho.

Y es que “si nos centramos solamente en uno de estos cuatro problemas, los otros empeorarán”, por lo que se precisa una visión de conjunto para afrontarlos todos a la vez.

Además, Sainteny ha apuntado que “cada país tiene sus prioridades” en función de sus carencias ambientales, por lo que los gobiernos deben examinar cuáles son las principales amenazas en cada caso.

En el caso de España, este profesor ha recordado que es uno de los países europeos de mayor biodiversidad, por lo que “los políticos deberían dedicar más esfuerzos a su protección que al cambio climático” como tal.

Respecto a la Unión Europea, la polución del aire provoca 400.000 muertes prematuras anuales, mientras que las muertes achacables al cambio climático, en cambio “no llegan ni al 1 % de esa cifra”, ha indicado, lo que debería servir para fijar el problema más acuciante.

En cambio, en el caso de los países subdesarrollados, la pérdida de biodiversidad “es su mayor hándicap”, ya que la economía de estas zonas “depende, y mucho, de su entorno natural”.

Si se examina la situación a nivel nacional, cada país se preocupa entonces de unos u otros temas medioambientales “dependiendo de la repercusión tanto en su sociedad como en su Producto Interior Bruto”.

Un criterio eficaz para detectar cuáles son los problemas más acuciantes es el financiero: la consecuencia económica de cada problema.

En ese sentido, “hoy en día lo que más dinero cuesta es la contaminación del aire, que puede llegar hasta el 20 % del PIB anual en algunos países de Asia Central”.

Según este parámetro, tampoco se puede decir que el cambio climático sea lo que más le cuesta al ciudadano, ha insistido a Efe este especialista, quien ha señalado que “desgraciadamente no hay muchos estudios que certifiquen la contaminación del ruido o la del suelo, pero puede que sus consecuencias económicas sean mayores”.

En todo caso, en los últimos diez años cada vez más grandes empresarios internacionales conceden una creciente importancia a estos problemas ambientales, lo que para Sainteny constituye “una sorpresa, ya que normalmente te esperas que estos líderes se preocupen más por el petróleo y el dólar”.

Este interés podría facilitar la imposición de un impuesto ambiental a nivel internacional, puesto que “la verdadera fiscalidad ecológica no es para ganar dinero, sino para incitar a la ciudadanía a hacer un cambio sostenible”.

En su opinión hay sólo dos opciones a la hora de implantarlo: “subir todas las tasas, lo que elevaría el nivel de vida, o bajar gastos en otro campo y dedicar ese dinero a gastos de medio ambiente”.

Un “modelo de ejemplo” es Suecia, cuyos gobernantes subieron las tasas verdes pero bajaron otras para que el nivel de vida no aumentara en exceso y el resultado es que “allí quien contamina paga”.

Juanjo Cordero

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