Sindicatos argentinos advierten a Macri que no está cumpliendo sus promesas

En medio de un aumento de la tensión social por los desencuentros respecto a las negociaciones de actualización salarial para 2016, sindicalistas argentinos advirtieron al presidente argentino, Mauricio Macri, que no está cumpliendo con sus promesas electorales.

“No está cumpliendo”, sostuvo anoche el poderoso referente sindical Hugo Moyano, líder de una de las alas de la Confederación General del Trabajo (CGT), en Canal 26, en referencia a las propuestas que Macri planteo durante la campaña.

Las declaraciones marcan un cambio de tono respecto a la buena convivencia que habían mantenido Moyano y Macri en los últimos tiempos.

Además, advirtió que espera que no haga falta llegar al punto de tener que hacer una huelga y dijo que si “decía lo que iba a hacer” no le “votaba nadie”, haciendo referencia a una frase atribuida al expresidente argentino Carlos Menem (1989-1999).

También se ha mostrado muy crítico Antonio Caló, secretario de otra de las ramas de la CGT, quien en un documento difundido hoy por medios locales lamentó que el Gobierno haya dedicado los primeros meses de su gestión a transferir recursos “hacia los sectores más concentrados de la economía”.

“En los primeros días de Gobierno observamos una gran transferencia de recursos hacia los sectores más concentrados de la economía, sobre todo a través de la reducción de retenciones a las exportaciones, la devaluación de la moneda, que ya supera el 50 %, y el inicio de un aumento desproporcionado de tarifas”, denunció.

Para Caló, estas medidas “han repercutido en un aumento exponencial del costo de vida de los trabajadores, jubilados, pensionados y pueblo todo, que aún no alcanzamos a dimensionar, a través de una fuerte escalada inflacionaria”.

Los desencuentros entre el Ejecutivo y los sindicatos se han acentuado en los últimos días, a raíz de la decepción generada por el anuncio de la reclamada reducción de los impuestos al trabajo -propuesta estrella de la campaña de Macri-, que finalmente fue mucho más moderada de lo que los representantes de los trabajadores esperaban.

La situación de tensión viene acentuada por la falta de acuerdos en las negociaciones de actualización salarial para 2016, ya que muchos gremios piden compensar pérdidas de poder adquisitivo con un piso mínimo del 30 %, mientras que el Gobierno remite a márgenes entre el 20 % y el 25 %, con base en las proyecciones de inflación que maneja para este año.

A ello se suma el enfrentamiento con los sindicatos de funcionarios, que han convocado para mañana a un paro en protesta por la salida masiva de empleados del sector público.