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La UE acuerda nuevas medidas contra los fraudes alimentarios tras el del fipronil

La UE acuerda nuevas medidas contra los fraudes alimentarios tras el del fipronil

EFE

Bruselas —

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Los países de la Unión Europea (UE) y la Comisión Europea (CE) pactaron hoy una veintena de medidas concretas para reforzar la acción comunitaria contra fraudes alimentarios como el del insecticida fipronil, hallado este verano en huevos y carne de pollo procedentes principalmente de Holanda y Bélgica.

“El fraude alimentario está en el centro de las discusiones de la UE. Hemos hecho un balance y reflexionado sobre las lecciones aprendidas”, indicó en rueda de prensa el comisario europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, tras una reunión de alto nivel con representantes de los Estados miembros.

Estas medidas contemplan desde la posibilidad de establecer un funcionario responsable de seguridad alimentaria en los socios comunitarios hasta ejercicios para probar las capacidades de los países ante crisis.

El escándalo del fipronil estalló a principios de agosto, cuando Holanda y Bélgica recomendaron retirar algunas partidas de huevos, aunque la detección de esta sustancia, prohibida a nivel europeo en la cadena alimentaria, se produjo varios meses antes.

La CE consideró que su Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) funciona correctamente, pero abrió el debate con los Estados miembros para ver qué se podía mejorar.

Aunque es necesario ingerir grandes cantidades de este insecticida para que afecte a la salud, hasta veintiséis Estados miembros (todos salvo Croacia y Lituania) se vieron salpicados por el escándalo, así como dos naciones del Área Económica Europea y dieciséis países terceros.

Las acciones consensuadas hoy están centradas en mejorar la comunicación sobre riesgos entre Estados miembros y la Comisión, con el fin de garantizar que “llega al gran público de manera más rápida y coherente”.

“Tenemos que asegurarnos de que sea más fácil realizar una rápida evaluación común de los riesgos cuando surjan problemas”, indicó Andriukaitis.

También se refirió a que van a trabajar para reducir la brecha entre el uso de herramientas como el RASFF y el Sistema Administrativo y de Cooperación (AAC).

Otra medida que apoyaron los Estados miembros y la Comisión fue estudiar el establecimiento de un funcionario de seguridad alimentaria en cada Estado miembro para “garantizar que la información fluye lo más rápida y eficazmente posible”.

Una de las quejas que surgieron a raíz de la crisis del fipronil fue que países como Holanda y Bélgica informaron tardíamente del hallazgo en huevos de esa sustancia.

El comisario se refirió, asimismo, como nueva medida a actividades de formación que incluyan ejercicios regulares sobre la gestión de este tipo de crisis alimentarias.

Las medidas acordadas hoy volverán a tratarse en el próximo Consejo de Agricultura y Pesca de la UE, que se celebrará en Luxemburgo el 9 y el 10 de octubre.

“Quiero reforzar la comunicación entre los Estados miembros y buscar un enfoque más coherente y coordinado de cara al futuro para evitar que tales incidentes vuelvan a producirse”, comentó Andriukaitis.

En su opinión, estas prácticas fraudulentas pueden tener un “efecto devastador” y “dañar la confianza pública en la cadena alimentaria”.

El comisario celebró “el intercambio de puntos de vista abierto y franco” mantenido en la reunión de este martes, a la que estuvieron invitados representantes de todos los Estados miembros.

El escándalo del fipronil puso en duda que los países utilicen correctamente el sistema de alerta rápida, dado que, si bien Bélgica había detectado la sustancia en huevos en junio, no lo comunicó al resto hasta el 20 de julio.

La sospecha recayó en la empresa holandesa Chickfriend, que supuestamente comercializó como “bio” un tratamiento para las gallinas con este insecticida.

Bélgica, además, acusó a Holanda de haber detectado la sustancia en noviembre y de “ralentizar” la gestión de la crisis.

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