La UE pide una solución política a la crisis de rohinyás en Bangladesh

El comisario europeo de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis, Christos Stylianides, pidió hoy a los gobiernos de Birmania (Myanmar) y Bangladesh que encuentren una solución política para los más de 600.000 rohinyás que han llegado a territorio bangladesí desde el pasado 25 de agosto.

“Creo firmemente que sólo puede haber una solución política a la crisis. (...) Los gobiernos de Bangladesh y Myanmar deben continuar manteniendo diálogo”, defendió Stylianides en rueda de prensa en Dacca, al finalizar una visita de dos días al país asiático.

“Hablamos mucho de este diálogo con el ministro de Asuntos Exteriores (A.H. Mahmud Ali) y estuvimos de acuerdo en ello. Esta es la única forma de garantizar el retorno seguro y digno de aquellos que se vieron forzados a cruzar la frontera”, señaló.

Durante su estancia el comisario visitó campamentos de refugiados rohinyás en el distrito de Cox's Bazar, cercano a la frontera con Birmania, donde pudo constatar la “magnitud” de la crisis y cómo las necesidades de los refugiados y sus traumas “van mas allá de la imaginación”.

Stylianides insistió en que la Unión Europea (UE) tiene la “obligación moral” de garantizar la seguridad de los miembros de esa minoría musulmana y reiteró su compromiso a mantener la ayuda para paliar la crisis “bajo cualquier circunstancia”.

La visita se produce después de que la semana la UE y los Estados miembros se comprometiesen a donar más del 50 % de los 344 millones de dólares recaudados durante una conferencia de donantes en Ginebra.

En su último informe de situación difundido el domingo, el Grupo de Coordinación Intersectorial de la ONU cifra en unos 607.000 a los rohinyás llegados a Bangladesh en los últimos dos meses.

La crisis de los rohinyás comenzó el pasado 25 de agosto, tras un ataque de un grupo insurgente de esta comunidad musulmana contra instalaciones policiales y militares en el estado birmano de Rakhine, una acción que fue respondida por el ejército con una campaña de represión que aún continúa.

Birmania no reconoce a los rohinyás como una comunidad del país y los considera bangladesíes, mientras que Bangladesh, donde ya antes de esta crisis vivían unos 300.000 miembros de esta minoría, los ha tratado siempre como extranjeros.