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Wert y la reforma educativa alborotaron la legislatura

Wert y la reforma educativa alborotaron la legislatura

EFE

Madrid —

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La educación no ha pasado inadvertida ni política ni socialmente durante la legislatura, tanto por la personalidad del exministro José Ignacio Wert como por la Lomce, primera ley de enseñanza que implanta un gobierno del PP, pero rechazada por la oposición y buena parte de la comunidad escolar.

Han sido más de tres años de movilizaciones continuas de docentes, alumnos y padres, fundamentalmente de la educación pública, y también de encontronazos constantes del Gobierno con la izquierda y los nacionalistas por las medidas de Wert.

Con la llegada de un nuevo ministro de Educación en junio pasado, Íñigo Méndez de Vigo, parece que la enseñanza ha entrado en un período de calma, mientras que la reforma se aplica ya en toda la Primaria y ha comenzado en la ESO y el Bachillerato.

Pero la Lomce sigue en la batalla política, pues una docena de comunidades pidieron la paralización del calendario de implantación, muchas de ellas con nuevos gobiernos salidos de las elecciones de mayo pasado.

Y con las generales a la vuelta de la esquina, la mayoría de la oposición mantiene la intención de derogarla en cuanto el PP salga del poder, algo que respaldan sindicatos, estudiantes y padres de la Plataforma Estatal por la Escuela Pública.

Al comenzar la legislatura, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, encargó a Wert una reforma con el objetivo principal de reducir el fracaso y el abandono escolares, aunque antes había que poner en marcha los ajustes para una mayor eficiencia en el gasto público.

El propio Wert reconocía en mayo de 2012 que “lo urgente” era ahorrar y “lo importante”, después, “reformar la educación”.

El decreto ley de racionalización del gasto público en educación de abril 2012 permitió a las comunidades subir las tasas de matrícula universitaria para que cubrieran entre el 15 y el 25 % del coste de las carreras; un aumento del 20 % en el número máximo de alumnos por aula de la enseñanza no universitaria y más horas lectivas para los docentes, y cuya tasa de reposición se había reducido al 10 % en el caso de los funcionarios.

Después vino “lo importante”, la Lomce, que originó un debate “encarnizado” en las Cortes y en la calle.

La Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa ha concentrado buena parte de las controversias de estos años, especialmente porque pretende garantizar la enseñanza en castellano en los colegios de Cataluña.

Aprobada únicamente con los votos del PP, la ley agrupa las asignaturas en troncales (reguladas esencialmente por el Gobierno), específicas y de libre configuración autonómica.

En cuarto de ESO se podrá elegir entre enseñanzas orientadas al Bachillerato o a FP.

Se prevén evaluaciones nacionales comunes al final de Primaria, ESO y Bachillerato (es necesario superar las dos últimas para obtener los títulos correspondientes) y desaparecerá la selectividad en 2017.

Introduce la nueva FP Básica, destinada a alumnos de entre 15 y 17 años con dificultades de aprendizaje que hayan terminado tercero o, excepcionalmente, segundo de ESO.

La asignatura de Religión, voluntaria, evaluable y computable, tiene como alternativa obligatoria otra sobre Valores.

La reforma universitaria tampoco ha sido ajena a la polémica con el decreto que permite carreras de tres años y másteres de dos, y las nuevas exigencias académicas de las becas.

Pero Wert también ha dado titulares de prensa con algunas frases, como cuando dijo de sí mismo que era como “un toro bravo”, pues se se crecía “con el castigo”, o que el deseo del Ejecutivo era “españolizar a los alumnos catalanes”.

El ministro menos apreciado en las encuestas del CIS dejó el cargo por “motivos personales” en junio de 2015, poco tiempo después de que la entonces secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, se marchara para ser adjunta de la Dirección de Educación en la OCDE, y semanas antes de que contrajeran matrimonio.

Wert fue nombrado posteriormente embajador de España ante la OCDE, lo que el PSOE denominó “cacicada” del Gobierno.

Méndez de Vigo ha proseguido con la implantación de la Lomce, ha anunciado un libro blanco de la profesión docente, un mapa de “empleabilidad” de la FP y un plan de convivencia escolar.

Jesús Lozano y Pilar R. Veiga

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