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El baile de Ahmad con su nueva pierna, recuerdo de un mal común en Afganistán

El baile de Ahmad con su nueva pierna, recuerdo de un mal común en Afganistán

EFE

Kabul —

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El niño afgano Sayed Ahmad Rahman se hizo famoso tras viralizarse un vídeo en el que bailaba con su nueva pierna artificial en un centro de atención del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Kabul, una organización que desde hace 30 años ha tratado en Afganistán a unas 180.000 víctimas de amputaciones.

Ahmad apenas tenía ocho meses cuando su pierna resultó gravemente herida durante un enfrentamiento entre las fuerzas gubernamentales y los talibanes en su aldea en la provincia oriental de Logar.

El niño había salido a jugar con su hermana cuando les atrapó el fuego cruzado, y aunque ella logró recuperarse, los médicos no pudieron salvar la pierna del pequeño, que fue amputada bajo la rodilla.

Desde entonces, Ahmad ha crecido usando piernas artificiales y cuando le colocaron la última de ellas este mes, no pudo contener la alegría: bailó, lo grabaron en vídeo y esas imágenes no dejaron de circular por todo el mundo, con cerca ya de dos millones de reproducciones.

En su país lo elogian como un símbolo de resistencia ante las penurias de la guerra.

“Estoy muy, muy feliz ahora que tengo mi pierna, puedo caminar, puedo bailar y puedo ir a la escuela. Doy gracias a Dios que ahora tengo mi pierna”, dice a Efe Ahmad mientras ríe a carcajadas.

La felicidad es compartida también por su madre, Raeesa, que agradece que la pierna le devuelva “la oportunidad de caminar y jugar”.

“No hay nada más alentador que ver a un hijo amputado que se levanta nuevamente sobre sus propios pies”, añadió a Efe.

Tras la enfermedad de su esposo, que la dejó a cargo del sustento de 12 personas con unos humildes ingresos por trabajar el campo, Raeesa espera que Ahmad se convierta en el futuro en el nuevo soporte económico de la familia.

“Quiero ir a la escuela y convertirme en médico para ayudar a las personas, darles medicamentos y hacer extremidades (artificiales) para que puedan bailar”, dice Ahmad.

CICR señala que de las 180.000 personas con miembros amputados registradas desde hace 30 años en el servicio de la organización, el 55 % de las amputaciones las causó directamente la guerra, y en otros muchos casos por motivos derivados del conflicto.

“Podemos decir que el 80% de las discapacidades son causadas directamente por la guerra o como consecuencia de la guerra”, que durante décadas ha privado a los afganos de servicios de salud básicos, dijo a Efe el médico Shukrullah Zerak, fisioterapeuta del CICR.

Según los datos del CICR, los niños representan el 10 % de los afganos que perdieron una pierna o un brazo en el conflicto, principalmente a causa de las minas.

Allah Muhammad, de 14 años, es otro de los niños mutilados por la guerra. Perdió su pierna derecha hace cinco años debido a la explosión de una mina mientras jugaba en una colina cerca de su casa en Kabul.

“Viví muchas dificultades cuando perdí mi pierna (...) Ahora estoy mejor con mi pierna artificial, puedo hacer de todo con normalidad”, dice a Efe Muhammad, que ha recibido cuatro prótesis en los últimos cuatro años.

Según reveló a Efe el jefe del Centro Ortopédico de Kabul del CICR, Najmuddin Helal, las minas terrestres causaron “el 80% de los amputados de guerra que perdieron una pierna o un brazo”.

Un informe de la ONU divulgado a principios del año sostiene que las minas y artefactos explosivos mataron al menos a 256 niños durante 2018, y que “los que sobreviven a tales explosiones, viven con un impacto negativo permanente en su vida debido a la pérdida de miembros o la vista, además del trauma psicológico”.

Zerak, que como fisioterapeuta ha visto durante décadas los daños de la guerra en las salas de la Cruz Roja, dice que los servicios de rehabilitación para personas discapacitadas que ofrece el CICR y otras ONG son insuficientes por lo que reclama al Gobierno que tome medidas al respecto.

“Todavía tenemos personas con discapacidades que no pueden recibir el servicio, ya sea debido a la falta de acceso a los centros ortopédicos o debido a la falta de conocimiento sobre estos servicios en las zonas remotas del país”, dice, al tiempo que denuncia que estas personas no están siendo tomados en cuenta.

Datos difundidos por el Gobierno y las organizaciones humanitarias señalan que más de un millón de afganos sufre alguna forma de discapacidad física, principalmente causada por la guerra, enfermedades congénitas y accidentes.

Sólo 130.000 de ellos recibe una pensión mensual de unos 20 dólares al mes, muy inferior a los fondos destinados a la guerra y que afectan a niños como Ahmad.

“En la aldea no tengo miedo de nada, pero cuando hay enfrentamientos siento miedo por los cohetes y las balas”, reconoce el niño.

Baber Khan Sahel

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