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Bruselas se aferra al espíritu navideño en la atípica Navidad del coronavirus

Bruselas se aferra al espíritu navideño en la atípica Navidad del coronavirus
Bruselas —

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Bruselas, 24 dic (EFE).- Un imponente árbol se erige en la Grand Place, que se resiste a renunciar a su característico espíritu navideño y por la que pasean los pocos foráneos que han llegado a Bruselas y que desafían las restricciones bajándose discretamente la mascarilla para sonreír en una “selfie” digna de las Navidades de antes de la pandemia.

Ante el peligro de un aumento de los contagios, con el toque de queda aún vigente y los bares y restaurantes cerrados, las autoridades prohíben comer, fumar, beber y cualquier otra interacción que implique quitarse la mascarilla en la plaza más concurrida de Bruselas.

En medio de estas medidas de prevención, que incluyen la cancelación del mercado navideño de la plaza de Sainte-Catherine, uno de los símbolos de la ciudad en estas fechas, la capital de facto de la Unión Europea se prepara para unas Navidades socialmente estrictas.

La normativa impone que únicamente se puede invitar a cenar a una persona de fuera del hogar, o dos para quienes vivan solos. Existe la posibilidad de recibir hasta cuatro invitados para cenar en el jardín, siempre que este tenga acceso autónomo a la calle. Y sólo uno de los extraños podrá utilizar el cuarto de baño.

Las ventas de braseros y estufas se han disparado en las fechas de adviento y los bomberos han pedido a quienes vayan a celebrar la Nochebuena con fuego en el jardín que extremen las precauciones.

En la región de Bruselas, el toque de queda nocturno en Nochebuena y Nochevieja se mantiene a las 22.00 horas. En Valonia y Flandes llega hasta la medianoche en un país que, tras superar lo peor de la segunda ola, ve cómo los contagios han dejado de caer para aumentar lentamente mientras la incidencia acumulada llega a los 300 casos.

“No podemos salir a la calle o si lo hacemos es de manera bastante limitada, no hay apenas gente, no hay actividades?”, explica a Efe Manuel Benavente, belga de familia española que señala que este año la Navidad no será lo mismo.

La cancelación del mercado de la plaza de Sainte-Catherine, el epicentro navideño de Bruselas, es una de las claves de la ausencia de gente por las calles, dice.

Asimismo, Dimitris González, otro joven belga de origen español, se lamenta de que este año, pese a que el alumbrado y las decoraciones en algunas fachadas y ventanas ayudan a conservar “la magia”, no siente la atmósfera de la ciudad de la misma manera de otras veces.

“Echo de menos el ambiente de por aquí de la Grand Place, siempre muy festivo y con mucho espíritu navideño”, cuenta.

FUERTE IMPACTO

Después de batir un récord en 2019 superando las nueve millones de pernoctaciones en el país, las restricciones de viajes y el cierre obligatorio de negocios por la crisis sanitaria durante varias semanas han causado un fuerte impacto en el sector y afecta especialmente a los pequeños comerciantes del centro de la ciudad.

Tahir, copropietario de una tienda de recuerdos en los aledaños de la Grand Place, se entristece por la situación rodeado de llaveros, tazas y pequeños Manneken Pis de colores que nadie se llevará a casa por Navidad este año.

“Somos una tienda de regalos. Sólo los compra gente que no es de aquí, la gente de Bélgica o de los países del entorno no quiere nuestros souvenirs, así que hemos tenido un gran problema con el negocio en estos últimos tiempos”, comenta.

El joyero que regenta la boutique de diamantes Gautam de la Grand Place desde hace más de quince años y que ha notado especialmente el descenso de ventas por la falta de su clientela internacional derivada del turismo navideño en Bruselas, incide en que “hay que ser optimistas” frente a la situación porque la Navidad “no queda cancelada”.

EL REGALO MAS ESPERADO

“Aunque no tengamos símbolos como el mercado este año, la gente tiene que seguir haciendo sus compras navideñas, así que hay que mirar el lado positivo”, resume.

A pesar de que el fantasma de las pasadas navidades evoca inunda de melancolía a ciudadanos y comerciantes, muchos ponen la mirada esperanzada en la Nochebuena y la Nochevieja del 2021.

Aunque ahora “nada está en nuestras manos”, la llegada de la vacuna en los próximos meses y la promesa de que “todo volverá a estar bien” es el regalo más esperado por todos, comentan.

Myriam Domínguez Seda

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