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El colapso en la gestión de los ERTE pone en jaque a miles de trabajadores
La avalancha de ERTE ha llevado prácticamente al colapso al SEPE, el servicio estatal de empleo, que en Cataluña acumula retrasos en el reconocimiento del derecho a la prestación que están dejando aún sin cobrar a entre 70.000 y 80.000 trabajadores, cuando se cumplen dos meses del estado de alarma.
El número de afectados que esperaban el ingreso del paro en su cuenta se ha reducido bastante, ya que hace un mes la Generalitat denunciaba que llegaban a las 440.000 personas, pero los sindicatos advierten que son muchas las familias que continúan con sus economías en jaque y que se ven ya casos de trabajadores que tienen que recurrir a los bancos de alimentos.
El departamento de Trabajo de la Generalitat estima, en función de los datos facilitados por el SEPE, que los implicados en los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que aún no han cobrado serían ahora unos 80.000.
La cifra de las personas que aún esperan a cobrar el subsidio del paro se dispara aún más, aunque sin poderse concretar hasta qué número, si se suma a los fijos-discontinuos y los temporales que han perdido también su empleo como consecuencia de la COVID-19.
El secretario de Trabajo y Economía de CCOO en Cataluña, Ricard Bellera, ha explicado a Efe que el sindicato atiende más de un centenar de llamadas diarias con consultas sobre prestaciones, y ha trasladado al SEPE en solo una semana hasta 140 reclamaciones colectivas que afectan a más de 12.000 trabajadores que están sin cobrar o que solo lo han hecho parcialmente.
En una reunión mantenida esta semana con los sindicatos, el SEPE admitió que el número de trabajadores afectados por un ERTE que aún no han cobrado en Cataluña por no tener reconocida la prestación podrían llegar a los 70.000.
En Cataluña, son ya 716.000 los trabajadores implicados en un ERTE, el instrumento laboral que se ha utilizado de manera masiva para hacer frente a la caída de la actividad por el impacto de la COVID-19.
Sin embargo, Bellera advierte que “la bola de la tramitación de los ERTE se va a hacer más grande”, porque las novedades incorporadas últimamente para adaptarse a la desescalada añadirá más carga de trabajo a los servicios provinciales del SEPE.
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