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Una experta denuncia que la conciliación familiar y la ayuda a la lactancia es deficiente

Una experta denuncia que la conciliación familiar y la ayuda a la lactancia es deficiente
Barcelona —

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Barcelona, 31 may. (EFE).- La consultora certificada de lactancia materna (IBCLC en sus siglas en inglés) y cofundadora de la app de lactancia LactApp, Alba Padró, ha denunciado que en España “las políticas de conciliación familiar son nulas y la ayuda en la lactancia es deficiente”.

En una entrevista con Efe, Padró, que busca revertir esta falta de apoyo en su última obra, “Destete: final de una etapa” (Grijalbo), también ha lamentado que las madres primerizas disponen de “mucha información, pero muy poco acompañamiento”.

La autora, que en 2017 publicó “Somos la leche” (Grijalbo) para servir de ayuda a las mujeres que empezaban a amamantar, ofrece en su nuevo libro información individualizada sobre la lactancia y el destete.

“Creía que no hacía falta un libro sobre el destete, pero finalmente vi que sí que era necesario porque hemos abandonado el destete a su suerte”, ha explicado Padró.

En esta línea, la asesora sostiene que “la ayuda en la lactancia materna suele ser deficiente, los grupos de apoyo no están disponibles todo el tiempo y muchísimas mujeres acaban anulando la lactancia porque falta un apoyo verdadero para llevarla a cabo”.

“Cuando estás en un proceso de crianza necesitas una atención personalizada porque el desconocimiento es muy grande: llegamos a tener al primer hijo casi sin ninguna formación o información”, ha remarcado.

Según Padró, a la falta de apoyo también le acompaña la presión social, que aboca a las mujeres a dejar la lactancia antes de lo planteado.

“Muchísimas mujeres, cuando vuelven al trabajo e intentan sacar leche, encuentran que no tienen un sitio especial, que deben ir al baño, a un cuarto de limpieza o que los compañeros las miran mal o tienen quejas”, ha subrayado.

Para la autora de “Destete: final de una etapa”, esta situación se agrava para quienes trabajan de cara al público al no tener “un espacio de intimidad”.

A pesar de esta carencia, Padró celebra que, cada vez más, las mujeres se preparan para vivir su maternidad.

“Las madres milenial se están preparando a conciencia, quieren saber más y son muy exigentes, pero no deja de ser una bofetada de realidad: lees un libro y crees que lo sabes todo, pero cuando llega el momento, sobre todo en la lactancia y el sueño, tenemos una idea de lo que será y la realidad es otra”, ha agregado.

Esta realidad también varía en el destete, ya que el proceso depende de los deseos de la madre, la edad del bebé, si se desea destetar de manera total o parcial y los tiempos en los que se quiere llevar a cabo.

Según Padró, estas cuestiones hacen que sea “un proceso complejo”, en especial porque no sólo se trata de dejar de dar leche, sino también de un cambio de relación entre la madre y el bebé.

“Es una adaptación que requiere de un tiempo para aprender una nueva forma de relacionarnos y superar las cosas juntos”, ha detallado la asesora en lactancia.

Ante estas situaciones, “Destete: final de una etapa” ayuda a las madres a construir su propia historia de lactancia al mismo tiempo que aborda el componente emocional del proceso.

“La parte emocional me preocupaba porque la mayoría de mujeres que destetan sienten muchísima culpa”, ha enfatizado Padró.

La autora lamenta que la sensación de culpa se ha extendido especialmente por el destete respetuoso, que según la antropóloga Katherine Dettwyler ocurre a partir de los dos años y medio, lo que hace que algunas mujeres fuercen el proceso hasta llegar a ese plazo.

En palabras de Padró, esto ha llevado a la confusión “a quienes asocian el destete ideal a partir de los dos años y no contemplan que simplemente es un dato antropológico”.

“El día que las madres tengan todas las necesidades económicas, políticas y sociales cubiertas quizás puedan hacer un destete respetuoso, pero por ahora no tienen esta ayuda y la exigencia que les transmitimos es muy bestia”, ha agregado.

En este sentido, Padró ha remarcado la importancia de “contemplar el bienestar del bebé, pero también priorizar a las mujeres y no dejarlas en un segundo lugar”.

Por Marina García Cabrera

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