El Gobierno Vasco plantea el fin del confinamiento de la población

El Gobierno Vasco plantea iniciar la desescalada hacia una “nueva normalidad” tras la pandemia del coronavirus de la manera más segura posible, “bajo estrictas medidas de seguridad y salud de la población”, pero abandonando la situación de confinamiento en los hogares.

Este es uno de los planteamientos recogidos en un documento que contiene las bases del plan de transición hacia esa nueva normalidad elaborado por el Ejecutivo vasco, y que este viernes ha sido compartido por el lehendakari, Iñigo Urkullu, con los líderes de los partidos vascos en la reunión que han mantenido para analizar la marcha de la crisis sanitaria y las opciones para convocar las elecciones aplazadas del 5 de abril pasado.

En el documento se insiste en que la desescalada va a ser un proceso “gradual” en el que habrá que combinar una “relajación de las restricciones en el entorno social y económico con una protección sanitaria eficaz y continua”, con la certeza de que ni va a ser suficiente el nivel de inmunidad de la población ni va a haber un tratamiento eficaz o una vacuna hasta el próximo año.

Pese a ello se apuesta por dar por concluido el confinamiento, ya que “alargar en el tiempo esta situación de elevada restricción de movilidad puede resultar perjudicial para la salud, pero además, la economía sufrirá una crisis sin precedentes”.

El informe advierte de que si se produce esta situación de crisis profunda y no hay una economía “robusta” se resentirán el propio sistema público de salud y el estado de bienestar, con unas tasas altas de desempleo, y además de larga duración, que tendrán un “alto impacto social y sanitario”.

Para retomar la actividad económica y social, se menciona la necesidad de prevenir que el virus vuelva a expandirse rápidamente, actuando de forma rápida y contundente ante cualquier amenaza, buscando medidas de distanciamiento e incluso de confinamiento “muy selectivo”.

Se aboga por proteger a los grupos de población con riesgo de “afección severa” por la COVID-19, actuar ante el posible aumento de personas en exclusión social y permitir la actividad económica sin asumir “riesgos innecesarios” para la salud.

En este ámbito se especifica que las administraciones deberán aclarar de manera inminente y de forma argumentada cómo, en qué casos y qué tipo de mascarillas se van a recomendar parael uso de la ciudadanía en general.

Se insiste en “minimizar las restricciones a los derechos fundamentales que se han venido sufriendo como consecuencia de la declaración del estado de alarma”, y poner el foco a partir de ahora en la actuación “individual responsable” para garantizar la salud pública.

Esto se combinaría con la realización de test de forma “masiva” y con el cruce de la información que se obtenga de ellos con localizaciones geográficas a través de aplicaciones de dispositivos móviles u otro tipo de mecanismos con el objetivo de conseguir una detección temprana de posibles nuevos focos que ayude a establecer “medidas agresivas de confinamiento, pero en ámbitos muy focalizados”.

Las bases del plan elaboradas por el Gobierno Vasco parten de la premisa de que toda el área geográfica de la comunidad autónoma en su conjunto y no las provincias, “constituye la unidad de trabajo sobre la que se aplican las decisiones de aperturas y cierres”, debido a las “elevadas relaciones de movilidad” existentes en Euskadi.