Los guardias Nora y Sergio: los “ángeles” de Juanfran, los héroes de los Reyes

Los Reyes terminaron anoche su visita a la zona cero de la riada de Mallorca con una charla con los guardias civiles Nora y Sergio y con Juanfran, un hombre al que los “ángeles de verde” salvaron de morir ahogado en Sant Llorenç junto a su familia.

Ataviados con el traje y el tricornio de las ocasiones especiales, Sergio y Nora saludaron a don Felipe y a doña Letizia. Junto con Juanfran, les relataron cómo salvaron la vida de la familia, incluida una niña de 3 años, sin dar importancia a cómo se jugaron sus propios pellejos.

Juanfran cuenta a EFE que su casa, próxima al torrente de Ses Planes, “empezó a llenarse” súbitamente de agua turbia cuando el cauce se desbordó en la tarde noche del martes 9 de octubre.

“El agua por la cintura, por el cuello; mi hermano con la niña en brazos... y en un golpe de suerte, abro la ventana, me monto en un coche que había en la riada y, haciendo señales con el teléfono, me encuentro a mis héroes, a mis ángeles de la guarda”, explica.

Sergio patrullaba en un cuatro por cuatro poco antes junto a su compañera, aún en prácticas, por el Port de Alcúdia, cuando, como todas las unidades de servicio, fueron enviados hacia Sant Llorenç.

“Empezamos a escuchar la emisora de toda la comandancia diciendo que en la localidad de Sant Llorenç estaba empezando la riada, que había gente pidiendo auxilio y demás. Todavía no se sabía toda la gravedad de lo que estaba pasando”, expone,

“Supongo que la comandancia -continúa- enviaría a la patrulla más cercana a verificar todo lo que estaba ocurriendo y empezaron los compañeros a pedir auxilio, a pedir auxilio”. Todos los agentes de servicio al este de Mallorca en vehículos todoterreno fueron mandados con urgencia para el pueblo.

“Llegamos para acá. La imagen era dantesca”, dice Sergio, y Nora le toma la palabra para continuar: “Dantesca, devastadora, la imagen fue dura”.

“Íbamos a una calle que nos habían indicado -sigue la joven guardia- pero era totalmente inaccesible. Fuimos a dar la vuelta y dijimos: 'vamos a ver esta calle', y ahí es donde encontramos a Juanfran y a su familia, gritando 'auxilio, auxilio'”.

Su compañero, que conducía el coche, abunda en la descripción del encuentro. “Nora me decía: 'Sergio, Sergio, que hay gente en esta calle'”. “Vimos a varias personas por los balcones, desde los tejados, haciendo señales con la linterna del móvil, pidiendo auxilio, y ya vimos a la familia, con la niña... y decidimos que era la familia a la que teníamos que ir en primera instancia”, apunta el guardia.

El coche patrulla, medio arrastrado por la fuerza de la avenida de agua, se acercó a la casa. Sergio sacó por una ventana a Alicia, la sobrina de 3 años de Juanfran, y se la dio a su compañera, que la arropó tranquilizándola: “Que ya viene mamá, cariño, que no pasa nada”. De inmediato salieron los otros tres ocupantes de la casa, dos hombres y una mujer, y los seis se pusieron a salvo fuera de la corriente mortal.

Felices por haber conocido a los Reyes y por el desenlace afortunado de su aventura, Nora y Sergio sonríen orgullosos, y Juanfran les abraza sin cansarse de darles gracias.