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La histórica peregrinación de El Quinche atraerá a unos 700.000 feligreses

Vista de la Iglesia del Quinche, situada en la pintoresca localidad del Quinche (Ecuador).

EFE

Quito —

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Las autoridades ecuatorianas esperan una masiva afluencia de feligreses a la histórica peregrinación de la Virgen de El Quinche, que comenzará este viernes y se prolongará hasta el domingo.

En esta edición se celebra el 418 aniversario de las fiestas en honor a la Virgen de una localidad situada al este de Quito, en un evento que atraerá a más de 700.000 feligreses, según el servicio de emergencia integrado ECU 911.

Para llegar al santuario, las autoridades han habilitado tres rutas: desde el barrio de Calderón, en el norte de la capital, desde Cusubamba y desde Pintag.

Debido a la masiva afluencia de público por las carreteras del distrito metropolitano, este fin de semana, la población ha recibido las recomendaciones de no consumir bebidas alcohólicas antes, durante y después de la caminata.

Y las de no llevar objetos de valor, hidratarse adecuadamente, disponer de batería en el celular y usar ropa de abrigo para protegerse del frío.

La Virgen del Quinche es una de las imágenes marianas más veneradas del país, foco de peregrinación y una devoción que la han hecho valedora, en mayo pasado, de una réplica en forma de mosaico en el Vaticano.

Entronizada en un imponente santuario de estilo neorománico que terminó de erigirse a principios del siglo pasado en esta pequeña población andina próxima a Quito, la popular virgen fue visitada por el papa Francisco en julio de 2015.

En 1945 fue coronada como “Reina de Ecuador” y es una reconocida reliquia patrimonial del país.

Cada año son cientos de miles, a veces hasta el millón, las personas que recorren a pie decenas de kilómetros para acudir en peregrinación y acompañar la escultura de madera tallada en el siglo XVI por el artista de la escuela quiteña Diego de Robles, que solo sale de su vitrina dos veces al año.

De apenas 66 centímetros, la talla de rostro moreno está revestida por un amplio y lujoso ropaje de brocado cubierto en gemas, bordado con hilos de oro y plata, y reposa sobre una gran media luna apocalíptica, que realza su diminuta figura.

En su mano derecha sostiene un cetro y en la izquierda al niño con el mundo en actitud de bendecir, una figura que cuenta con réplicas en diferentes partes del mundo como España y Estados Unidos, de numerosa comunidad ecuatoriana y donde también propicia peregrinaciones.

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