Las lluvias aumentan el riesgo de crisis sanitaria en los campos de los rohinyás

El empeoramiento de las condiciones climatológicas, con una previsión de lluvias para los próximos días en el sureste de Bangladesh, donde más de 400.000 rohinyás se han instalado precariamente, ha hecho saltar las alarmas ante una posible crisis de enfermedades entre los refugiados.

La falta de sistemas de saneamiento en los campamentos, donde los refugiados se ven obligados a evacuar al aire libre, junto a las precipitaciones de los últimos días y las que se esperan próximamente, han provocado que las autoridades sobre el terreno teman más a la llegada de epidemias y enfermedades que a la de nuevos refugiados a los ya hiperpoblados campos.

“Hay una preocupación sin duda, y dadas las condiciones climatológicas que tenemos va a ser peor”, dijo a Efe el coordinador residente de la ONU en Bangladesh, Robert Watkins, al recordar que la gente, por ejemplo, está recogiendo agua de los charcos.

Watkins admitió que el asunto de la salud en los campos es ahora, un mes después del inicio de la crisis, el problema más acuciante para los rohinyás.

“Está previsto que la lluvia continúe en los próximos días, lo que está exacerbando el riesgo de un brote (de enfermedades) en las zonas densamente pobladas”, alertó en su último informe la oficina de la ONU en Bangladesh, al detallar que parte del campamento de Balukhali, uno de los más poblados, se inundó ayer debido a las fuertes precipitaciones.

El Departamento de Meteorología de Bangladesh confirmó que habrá más lluvias en los próximos dos o tres días en el distrito de Cox's Bazar, donde en los últimos cinco días se han registrado precipitaciones de hasta 214 milímetros.

Mientras tanto el flujo de rohinyás llegados a Bangladesh de Birmani (Myanmar) continúa, si bien se ha ralentizado en los últimos cuatro días, y hoy se cifró en 422.000.

“En línea con la tendencia de la últimos cuatro días, se ha registrado una reducción en el movimiento de gente que cruza la frontera el 19 de septiembre”, indicó el Grupo de Coordinación Intersectorial en su informe.

Más allá del dato, la oficina en Bangladesh de Naciones Unidas no descarta la llegada de más refugiados y según sus cálculos podría arribar otros “200.000 ó 300.000” nuevos refugiados en las próximas semanas.

La ONU piensa actualizar su llamamiento de ayuda a la comunidad internacional con una solicitud de ayuda para 1,2 millones, cuatro veces más de las contempladas en la anterior petición de hace un par de semanas.

El nuevo cálculo se basa en la suma de los 420.000 refugiados que han llegado al país desde el pasado 25 de agosto; los 300.000 rohinyás que ya había en la zona previamente; otros “200.000 o 300.000” nuevos refugiados que podrían llegar en las próximas semanas y 300.000 locales bangladeshíes.

Para atender a estos cientos de miles de personas, la ONU, que pidió hace dos unas semanas 77 millones de dólares para enfrentarse a la crisis, planea lanzar una nueva petición “enorme” de fondos a la comunidad internacional.

El coordinador residente de la ONU en Bangladesh, Robert Watkins, indicó a Efe que ya se ha acordado con el Gobierno bangladeshí actualizar esta petición, aunque afirmó que aún no se ha cerrado la cifra definitiva.

Watkins anticipó, no obstante que será “al menos cuatro veces superior e incluso algo más” ya que cubrirá un plazo de seis meses frente a los tres previstos inicialmente.

Mientras tanto, el Gobierno de Bangladesh rechazó la propuesta lanzada ayer por la líder de facto birmana y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, de condicionar el regreso de los rohinyás refugiados en suelo bangladeshí a un proceso de verificación previo.

“Las condiciones que ella impuso para la repatriación de los refugiados no son aceptables en absoluto”, criticó el ministro de Información del país, Hasanul Haque Inu, en el Club Nacional de Prensa de Dacca, de acuerdo con un comunicado de su ministerio.