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La Pandemia de la COVID-19 amenaza con engrosar la informalidad en Bolivia

Imagen que muestra a un repartidor a domicilio, en Santa Cruz (Bolivia).

EFE

La Paz —

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La pandemia de la COVID-19 ya ha mostrado sus efectos en la economía de Bolivia, caracterizada por su dependencia de exportaciones de gas natural y minerales e internamente por un mercado laboral de predominante informalidad, algo que tiende a aumentar sectores como construcción, industria, turismo y transporte.

El inicio de la cuarentena rígida el pasado 22 de marzo, que hasta ahora no se ha levantado del todo y que sigue en las regiones más afectadas, ha generado ya los primeros efectos en actividades económicas, incluso algunas han cerrado, otras se han paralizado, redujeron su volumen o renegociaron contratos con sus empleados.

Ante esto, la Central Obrera Boliviana (COB), el máximo ente sindical del país, se declaró en emergencia por las nuevas condiciones laborales, como descuentos salariales, mientras que los empresarios han advertido que muchas compañías están al borde del colapso.

EFECTOS DE LA PANDEMIA EN BOLIVIA

Para el investigador Bruno Rojas, del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), “antes de la pandemia Bolivia enfrentaba un serio problema en cuanto a la alta precariedad laboral”, como el hecho de que nueve de cada diez empleos en el área urbana eran “precarios”, con baja remuneración y sin beneficios de seguridad social.

“Lo que esta pandemia ha hecho es profundizar esta situación de alta precariedad laboral, por otra parte, ha provocado un incremento notorio del sector informal urbano”, declaró Rojas a Efe.

El experto señaló que antes del nuevo coronavirus el trabajo informal en Bolivia era alrededor del 60 por ciento, basado en datos del Instituto Nacional de Estadística, pero que después del impacto de la enfermedad podría subir a un 70 por ciento.

Además del “empleo precario” o informal y el subempleo, que implica trabajar por tiempos reducidos, se prevé un impacto en poblaciones vulnerables como mujeres, jóvenes y personas de “bajo nivel educativo”, precisó.

CRECIMIENTO REGIONAL NEGATIVO

Aunque el INE no ha dado un reporte actualizado sobre los efectos en Bolivia, algunos estudios previos sobre la situación boliviana y las recientes proyecciones de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial sobre la situación a América Latina permiten prever un escenario negativo.

Este último organismo anticipó una contracción mundial del 5,2 % y del 7,2 % en el caso de América Latina, rebajando aún más la caída que estima para Bolivia este año, del 3,4 % al 5,9 %.

A juicio de Rojas, los efectos de esas cifras generales en la economía boliviana se notarán en que se renegocien los contratos laborales, la cesión de algunos derechos como la antigüedad remunerada y que, por ejemplo, los grupos más jóvenes “van a tener que someterse a estas nuevas reglas”.

Dicha proyección “se va a reflejar en mayor desempleo, mayor subempleo, mayor desprotección social” o el incremento del trabajo infantil, alertó.

ESPERAN ACCIONES DEL GOBIERNO

El Gobierno transitorio de Jeanine Áñez anunció para los primeras meses de la cuarentena un paquete de bonos destinados a las poblaciones más vulnerables como ancianos, madres gestantes y estudiantes, entre otros, que en su mayoría ya se han pagado.

Sin embargo, todavía se espera el inicio de un programa de empleo de emergencia para generar 600.000 puestos de trabajo, con base en obras de infraestructura básica en el campo y las ciudades, que se ha visto opacado por unas declaraciones de un exviceministro que planteó “electoralizar” aquella propuesta.

Tampoco se han desembolsado hasta ahora los créditos para el pago de salarios que el Gobierno interino ofreció a las empresas que así lo requieran, según una publicación del diario El Deber.

A juicio de Rojas, lo que viene para Bolivia es un escenario “muy crítico”, ya que además hay que tomar en cuenta el impacto de las fluctuaciones en los precios del petróleo, gas natural y minerales, principales fuentes de ingreso de Bolivia, por lo que “frente a esa situación difícil estimar una recuperación”.

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