Los efectos del calentamiento global en 2050: Madrid será como Marrakech y Londres como Barcelona

Para el año 2050, el 77% de las principales ciudades del mundo habrán experimentado un gran calentamiento que asemejará sus condiciones a las que ahora tienen otras ciudades más cercanas a los trópicos, según un informe publicado este miércoles por la revista estadounidense Plos One.

Ese calentamiento hará, por ejemplo, que el clima de Madrid en 2050 se parezca al que actualmente tiene Marrakech; que el de Londres se asemeje al de Barcelona; el de Estocolmo al de Budapest; el de Buenos Aires al de Sídney, y el de Moscú al de Sofía.

Los autores del estudio, científicos de la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich, han elaborado un modelo con 19 variables de temperaturas y precipitaciones que utilizaron en las 520 principales ciudades del mundo para obtener sus hallazgos.

La principal conclusión es que el 77% de las ciudades tendrán un clima distinto al actual, con temperaturas más altas propias de otras urbes ubicadas unos 1.000 kilómetros al sur de las mismas, más cerca de los trópicos.

El 23% restante, por lo general las ciudades más próximas a los trópicos, mantendrá temperaturas parecidas a las actuales aunque experimentará períodos más extensos de lluvias y sequías.

El estudio también ha revelado que un 22% de las ciudades “existirá posiblemente en un régimen climático que hoy no existe en el planeta”. Ese porcentaje sube hasta el 30% en las ciudades situadas más cerca del ecuador debido a que el clima será más seco.

Estas han sido las conclusiones expuestas mediante este modelo, pese a que los científicos han utilizado un “escenario de cambio climático altamente optimista”.

“Alrededor del mundo, el movimiento tiende por lo general hacia los trópicos, proporcionando patrones unificadores que apoyan las tendencias observadas en Europa y América del Norte”, sostienen los investigadores en sus conclusiones.

Asimismo, añaden que “este análisis reveló nuevas perspectivas para las ciudades en regiones ecuatoriales, muchas de las cuales probablemente se trasladen a condiciones climáticas completamente nuevas que actualmente no experimentan otras ciudades”.

Con ánimo de concienciar sobre la crisis climática, apuntan que este estudio “puede ayudar a los responsables de la gestión de tierras y a los urbanistas a visualizar el futuro del clima de sus respectivas ciudades, facilitando los esfuerzos para establecer estrategias dirigidas a la reacción climática”.