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Las principales universidades usan tecnología y el “código de honor” contra el plagio

Las principales universidades usan tecnología y el "código de honor" contra el plagio

EFE

Redacción Internacional —

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Algunas de las principales universidades occidentales combinan la tecnología y el “código de honor” para combatir el plagio en las tesis y demás trabajos académicos, a semejanza de lo que se ha hecho en España para analizar la del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

La polémica generada por el plagio detectado en el trabajo fin de máster de la ya exministra de Sanidad Carmen Montón, quien se vio obligada a dimitir, o por las presuntas irregularidades observadas en la tesis doctoral de Pedro Sánchez ha servido para dar a conocer las herramientas de las que se valen las universidades para detectar supuestas fallas deontológicas en los trabajos académicos.

En el caso de la tesis de Sánchez, realizada en la Universidad privada Camilo José Cela de Madrid, los “software” Turnitin, que se emplea en la Universidad de Oxford, y PlagScan, de referencia en Europa, detectan un 13 % y un 0,96 % de coincidencias, respectivamente .

Actualmente, según destacaron a Efe diversos expertos, los centros disponen ya de modernos sistemas informáticos y guías de buenas prácticas para combatir con firmeza el plagio.

Según la Real Academia Española (RAE), plagiar es “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.

Pero el significado práctico del término “en lo sustancial” puede variar, según el sistema informático antiplagio o el baremo que aplique cada universidad.

Las universidades más prestigiosas del Reino Unido, entre ellas las de Oxford y Cambridge, utilizan el software Turnitin para verificar casos de plagios de los alumnos en sus ensayos y tesis.

Según cifras del grupo Russell (que agrupa a las 24 mejores universidades británicas), los casos de plagio han aumentado al pasar de 1.689 incidentes en el periodo 2014-2015 a 2.284 entre 2016-2017.

En Alemania, la revelación de plagio en una tesis doctoral llevó a la dimisión a dos miembros del Gobierno.

En 2011, el ministro de Defensa y entonces miembro estrella del Gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, el aristócrata bávaro Karl-Theodor zu Guttenberg, perdió el título de doctor en Derecho y el cargo tras una revisión de su tesis.

Dos años después le ocurrió lo mismo a la titular de Educación y Ciencia, Annette Schavan, persona de confianza de la canciller.

La plataforma “Guttenplag” fue creada por un estudiante alemán que trabajaba en su propia tesis y que detectó plagios en 286 páginas, lo que equivalía al 72 % del total. En la misma línea surgieron las plataformas Schavanplag y VroniPlag, entre otras, ideadas por cazadores de plagios.

Hay una amplia oferta en internet de software detectores de plagio, pero el más extendido en las universidades alemanas es también Turnitin.

Tal como constataron expertos en la materia cada vez que han surgido revelaciones de este tipo, su efectividad es dudosa.

La revisión automática con ese software puede ofrecer falsos plagios y sus resultados se consideran solo orientativos. Es preciso un segundo o tercer análisis incluso párrafo a párrafo por parte de un experto para tener resultados fiables, según los expertos.

En Francia, los programas informáticos para detectar plagios en los trabajos universitarios empezaron a popularizarse a comienzos de la década de 2010.

Actualmente, al menos 50 universidades del país cuentan con diferentes sistemas de detección.

En París, la Universidad de la Sorbona dispone del “Urkund (utilizado principalmente en la Facultad de Ciencias Políticas, la célebre ”Sciences Po“) y Compilatio.net”, respectivamente.

En Estados Unidos, la prestigiosa Universidad de Georgetown, en Washington, cuenta con un Consejo de Honor que establece políticas y evalúa los casos sobre posibles problemas de conducta, incluido el plagio.

Así, la universidad cuenta en su página web con una guía que recuerda lo qué es considerado plagio dentro de los estándares del centro educativo, que también hace uso del software Turnitin para detectarlo.

Según datos facilitados a Efe por la universidad, en el año académico 2017-2018 Georgetown, con alrededor de 18.000 estudiantes matriculados, registró un total de 164 casos de violaciones de conducta, de los cuales 85 resultaron casos de plagio, es decir, un 52% del total detectado.

Georgetown enumera qué tipo de prácticas considera objeto de violación de sus estándares: El uso de las ideas de otro sin cita, material copiado palabra por palabra citado pero sin comillas, material colocado entre comillas pero sin cita, o material parafraseado que se parece demasiado a la estructura de la fuente original sin cita ni atribución.

También considera plagio el material parafraseado de varias fuentes presentado de forma semejante a la idea original sin cita ni atribución; el material atribuido a una fuente inexistente o incorrecta; el material inventado y atribuido a una fuente real; así como errores en citas tales como autor incorrecto, número de página o fecha.

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