El rector de la UCM pide que se llegue “hasta el final” en el caso del máster

El rector de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Carlos Andradas, ha pedido hoy que se depuren todas las responsabilidades en relación a la polémica del máster de Cristina Cifuentes, y que se llegué “hasta el final el camino emprendido de búsqueda de la verdad” para recuperar el prestigio de las instituciones.

Andradas condena “enérgicamente” en un comunicado “todas las actuaciones no acordes a la ley y la ética universitaria que aparentemente se están descubriendo”, con las informaciones publicadas sobre las supuestas irregularidades del máster de Cifuentes que cursó en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC).

A su juicio, este episodio “está dañando seriamente la imagen” de la URJC y del Gobierno regional, y por ello, pide al rector de la universidad que siga con la búsqueda de la verdad para restablecer “la igualdad de trato para todos”.

“El prestigio de las universidades públicas de Madrid bien lo merece”, subraya Andradas, que defiende que el sistema universitario público español es “riguroso y de calidad” ante las opiniones que cuestionan su credibilidad.

Según Andradas, las universidades públicas son las únicas instituciones que pueden garantizar a los ciudadanos el acceso a la educación superior “en condiciones de igualdad”.

“En todas las organizaciones puede haber personas sin escrúpulos, pero no conviene confundirlas con la totalidad de sus integrantes”, recalca el rector de la UCM, que remarca el “respeto” que merece el trabajo de los profesores, profesionales y estudiantes de las universidades.

Para Andradas los problemas estructurales de las universidades requieren “otro análisis y otro contexto”.

El funcionamiento de estas instituciones, recalca el rector, se basa en la “lealtad institucional, el cumplimiento de la ley como administraciones públicas y la confianza”.

“Sin este principio de confianza, el funcionamiento es imposible. Por eso, cuando surgen personas que actúan fraudulentamente, quebrando ese principio de confianza, la salud de la institución y del sistema exige actuar diligente y contundentemente para restaurar el principio de confianza”, indica.

Por ello, considera que “corresponde a la institución dotarse de medidas y protocolos contrastables que garanticen la transparencia, la trazabilidad de los procesos y prevengan y eviten los comportamientos inapropiados, exigiendo el cumplimiento estricto de los mismos”.

No obstante, señala que una actuación “aislada” no puede confundir a la institución en su conjunto, con más de millón y medio de estudiantes y más de cien mil profesores en las cincuenta universidades públicas de nuestro país.

Andradas cree que una autonomía “sólida y real” de las universidades con su correspondiente “rendición de cuentas” garantizará su independencia “ante cualquier poder ajeno a los fines puramente académicos”.

En esta línea, aboga por una financiación “estable y suficiente”, la revisión de sus figuras de profesorado, la adecuación de una ley de gestión de la investigación o la incorporación en sus aulas de nuevas tecnologías.

“Pero podemos asegurar que lo que no faltan son profesionales competentes ni protocolos de actuación para garantizar que nuestros títulos son de alta calidad y cumplen con todas las exigencias requeridas”, explica el rector.