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Los rectores calculan que la mitad de los becados podría perder las ayudas con los nuevos requisitos

Los rectores piden a Wert que retire el nuevo decreto sobre becas

Natalia Chientaroli

“Parece que el que es más pobre tiene que ser más inteligente”. Con esta frase ha resumido el rector de la Universidad Complutense la opinión casi unánime sobre el borrador del Decreto de Becas y Ayudas del ministro José Ignacio Wert. El Gobierno se ha quedado solo en su defensa del texto, que endurece los requisitos académicos para obtener y conservar una beca amparándose en la cultura del esfuerzo y la excelencia”, como lo definió esta semana en el Congreso la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Pero hasta ahí llegan los apoyos al ministro peor valorado de la administración Rajoy. Porque la política educativa del Gobierno ha conseguido levantar ampollas en todos los sectores, incluidas las autonomías del PP.

La cuestión de fondo que se plantea es si contar con una ayuda económica para estudiar es un derecho o un premio al mérito académico. “¿Por qué si un cinco sirve para certificar un título no va a servir para obtener una beca?”, planteó la consejera andaluza, Mar Moreno, en la reunión de la Conferencia Sectorial, el segundo varapalo al que se ha enfrentado el borrador del decreto, que ya había recibido hasta 28 enmiendas del Consejo Escolar de España. La portavoz de la Confederación de Rectores de Universidades de España (CRUE), Adelaida de la Calle, ha ido más allá: “Habrá que cambiar el sistema de notas y entonces el aprobado será un 6,5 y no un 5. Porque no es justo que un alumno con posibilidades económicas pueda seguir estudiando con un 5 mientras que los que no tienen recursos y no consiguen el 6,5 exigido no van a poder estudiar”, ha asegurado tras una reunión previa al encuentro con el ministro de las 75 universidades españolas públicas y privadas. Según los cálculos de la CRUE, con el nuevo sistema hasta el 50% de los alumnos podría perder su beca. El ministro ha reconocido esta semana en el Senado una bajada del 5% de becados en el curso pasado: 18.840 estudiantes menos. Eso con los cambios que se incorporaron en el anterior decreto, que en esta nueva versión se endurecen aún más.

Wert “estudiará” cambios, pero no en la universidad

El nuevo borrador, sobre el que tras el unánime rechazo de los representantes autonómicos Wert se ha comprometido “a estudiar” cambios, reduce drásticamente la cuantía de las becas e incorpora una cantidad variable de acuerdo con el rendimiento académico. Además, eleva la nota necesaria para acceder a las ayudas en todos los niveles, algo que “rompe la cohesión social y la equidad”, según De la Calle. Este es el segundo encuentro del que Wert sale escaldado, tras la Conferencia Sectorial de ayer en el que incluso consejeros de autonomías gobernadas por el PP, como las de Castilla y León o Extremadura, se opusieron frontalmente al cambio en esta regulación. Pero si bien se ha mostrado dispuesto a rebajar las exigencias para las becas de FP con el objetivo de atajar el abandono escolar temprano, ha dejado claro tras la reunión con los rectores que ese argumento no vale en el caso de la universidad porque, dijo, “ya cumplimos con los porcentajes europeos”.

“Tenemos que ver que, en este momento, no podemos perder derechos constitucionales adquiridos por la sociedad como la igualdad de oportunidades para hacer una sociedad más justa”, ha abundado De la Calle, ya que este tipo de medidas pueden conducir “a un efecto excluyente y disuasorio tanto para el acceso como para la continuación en los estudios superiores”. Los requisitos previstos por Educación para el próximo curso pasan por primar las rentas más bajas y las mejores calificaciones, pero para los rectores exigir un 6,5 (este año es un 5,5 y antes bastaba el aprobado) rompe el principio de equidad. Otro criterio para los universitarios es aprobar el 100% de los créditos para renovar la beca al curso siguiente, salvo en enseñanzas técnicas, que se exigirá el 85%.La CRUE, que insistió en la retirada del decreto, presentará al ministerio la semana que viene un documento alternativo.

El Sindicato de Estudiantes FAEST insiste en que el ministerio debe dar una solución a los, según sus cálculos, más de 30.000 universitarios que están a punto de ser explulsados de la universidad por no poder hacer frente a las matrículas y las tasas, por las que este año hay que pagar 540 euros más de media. Los estudiantes han convocado una huelga de 72 horas para octubre, aunque el decreto, ya sea modificado o no, debe ser aprobado en las próximas semanas para permitir la solicitud de las becas en agosto. Y aún no ha pasado por el Consejo de Estado.

De tal calibre es la polémica por la nueva regulación de las ayudas al estudio que el tema se ha colado en el encuentro de Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy en La Moncloa. Pero a pesar de la voluntad de pacto entre los dos grandes partidos, el presidente del Gobierno se ha mostrado tajante sobre este tema. “No hubo acuerdo”, ha sentenciado el líder del PSOE a la salida.

José Ignacio Wert ha conseguido, un día más, el máximo protagonismo. Aunque la nota que le ponen los ciudadanos, según la última encuesta del CIS, no le llega al ministro de Educación ni para el aprobado. Se queda en un escaso 1,7.

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