La resistencia a reabrir colegios complica el plan de desescalada de Johnson

La resistencia de una parte de la comunidad educativa a reabrir colegios dentro de quince días, como propone el primer ministro británico, Boris Johnson, agrega dificultades a su plan de desescalada, del que ya se han desmarcado Escocia, Gales e Irlanda del Norte.

En Inglaterra, los trabajadores que no pueden realizar su labor de manera remota han comenzado a regresar a sus puestos esta semana, en la que la cifra de muertos diarios por COVID-19 ha descendido desde 627 el martes hasta 384 este viernes.

Según los datos ofrecidos por el Ministerio de Salud, en las últimas 24 horas se han detectado 3.560 nuevos contagios en el conjunto del Reino Unido, tras haberse realizado 133.784 test en una jornada.

El ratio de transmisión del coronavirus (R), uno de los factores clave para avanzar en la hoja de ruta de desescalada, se sitúa entre el 0,7 y el 1, por encima del rango 0,5-0,9 que se registraba la semana pasada, según ha indicado el Grupo Asesor Científico para Emergencias (SAGE, en inglés), que asesora al Gobierno.

Ante la percepción de que el virus se continúa transmitiendo, los sindicatos de profesores han instado a Johnson a dar marcha atrás en su intención de reiniciar tres cursos de primaria a partir del 1 junio y han advertido de que en muchas escuelas no es posible cumplir las medidas de seguridad recomendadas, como limitar cada clase a 15 alumnos.

El alcalde de Liverpool, el laborista Joe Anderson, ha asegurado que está “dispuesto a resistir” y mantener las escuelas cerradas en una de las zonas con un mayor proporción de contagios de COVID-19 del Reino Unido.

El departamento de Juventud de ese ayuntamiento ha advertido en una carta a los padres con hijos de edad escolar de que no esperen que los centros vuelvan a estar abiertos dentro de dos semanas y que solo retomarán la actividad cuando puedan estar “convencidos de que las escuelas son seguras tanto para los niños como para los empleados”.

El ministro de Educación, Gavin Williamson, ha asegurado, sin embargo, de que es “vital” para el desarrollo de los escolares que retomen las clases lo antes posible.

“Quiero dar garantías a los padres y las familias de que estamos ofreciendo a las escuelas, los parvularios y otros prestadores de servicios todo el apoyo y la guía que necesitan para acoger a más niños de una forma escalonada, y nunca antes del 1 de junio”, afirmó.

Con todo, ante la preocupación generada por la reapertura, el ministerio ha subrayado que no impondrá sanciones a los padres que decidan no llevar a sus hijos al colegio hasta el próximo curso.

PROBLEMAS DE MOVILIDAD

La polémica reapertura de las escuelas se suma a las críticas que ha sufrido el Gobierno de Johnson por la confusión que ha provocado la vuelta al trabajo de diversos sectores esta semana, ante el temor a que se formen aglomeraciones en el transporte público.

El Gobierno se ha comprometido a inyectar 1.600 millones de libras (1.800 millones de euros) en Transport for London, la empresa que gestiona el transporte en la capital británica, para asegurar que continúa operando a pleno rendimiento pese a la caída de sus ingresos.

Como contrapartida, el Ejecutivo ha pactado con el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, un incremento del 30 % en la tasa que pagan los vehículos privados por acceder al centro de la ciudad.

A partir del lunes, volverá a cobrarse ese peaje, de 11,50 libras (13 euros), que había quedado suspendido durante el confinamiento, y su cuantía ascenderá a 15 libras (16,8 euros) a partir del 22 de junio, cuando también se extenderá su vigencia a los fines de semana.

Khan ha anunciado, al mismo tempo, que planea cerrar una amplia zona del centro de la ciudad a los coches y las furgonetas para facilitar la movilidad en bicicleta y descongestionar el transporte público.