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Sigue controlado el incendio que puso en vilo Monterrei tras quemar 1.535 ha

Sigue controlado el incendio que puso en vilo Monterrei tras quemar 1.535 ha
Ourense —

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Ourense, 2 ago (EFE).- El de Cualedro ha sido, hasta la fecha, el gran incendio de este verano en Galicia, y, una vez controlado, los vecinos no olvidan la angustia vivida mientras los servicios de extinción siguen trabajando para su total apagado.

Después de varios días en vilo, los vecinos del municipio limítrofe de Monterrei, municipio que resultó más castigado por los devastadores efectos de las llamas pese a haberse iniciado en Cualedro, definen lo vivido en este incendio en una palabra: infierno, ahora que la situación está más controlada.

La mayoría coinciden con el paso de los días en que lo ocurrido en esta zona pudo ser peor al comprobar cómo en cuestión de minutos el fuego arrasaba a su paso el trabajo de todo el año en fincas, cultivos, árboles y animales, sembrando el pánico en estos núcleos.

“No ardieron las casas de milagro. Pudo ser horrible además del peligro que supuso para los vecinos”; resume a Efe Carme Sola, vecina de este ayuntamiento, quien, resignada, todavía comprobó hoy los efectos ocasionados por el fuego.

El incendio, que comenzó hace unos días, continúa controlado en el día de ayer, tras quemar 1.535 hectáreas, de ellas, 525 agrícolas y 1.010 forestales, parte de ellas, arboladas, según el último parte facilitado por la Consellería del Medio Rural.

Prueba de la virulencia del incendio, es que obligó a movilizar a un importante número de efectivos aéreos y terrestres, en total, 43 agentes, 45 motobombas, seis palas bulldozer, trece helicópteros y trece aviones, además de efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

Con la situación más calmada, los vecinos aprovechan estos días para comprobar los daños ocasionados en este incendio, que ha dejado muchos viñedos seriamente dañados pero también castaños, plantaciones o galpones, además de animales muertos.

El balance es desolador: “Está todo quemado y aún se pueden ver las marcas de cómo los pueblos se vieron totalmente rodeados por los incendios”, abunda Sola.

El principal temor se centra ahora en lo que queda de verano, que no entiende de coronavirus, mientras los vecinos comprueban impotentes cómo se siguen repitiendo los incendios año tras año en las mismas comarcas.

Los últimos datos no parecen invitar al optimismo mientras en estas zonas ya se preguntan “qué intereses hay” para que todos los años arda el monte: “Todavía queda mucho verano por delante”.

La Xunta de Galicia tiene a más de una veintena de parroquias en la lista negra de localidades con alta actividad incendiaria.

Otra de las preocupaciones tiene que ver con la propia tipología de los incendios que dificulta cada vez más las labores de control y extinción.

“Cada vez son más virulentos, nadie limpia y los ayuntamientos no se preocupan”, reflexiona Sola, quien añade otra problemática, “la despoblación” del rural.

“Está claro que la valoración es negativa. Este incendio ha sido por el momento uno de los más grandes de este verano”, sostiene el alcalde de Monterrei, José Luis Suárez, quien ve difícil solución para la problemática de los incendios.

Por el momento, el gobierno baraja la posibilidad de solicitar la declaración de “zona catastrófica” tras los daños ocasionados en tierras productivas.

Mientras, los alcaldes de estas localidades se encomiendan a la Xunta para “incrementar la prevención” y que se impulsen todo tipo de iniciativas que favorezcan que las tierras se vuelvan “productivas” a través de medidas como las aldeas modelo.

El objetivo es paliar la propagación de los fuegos “y que los efectos sean los mínimos”.

En lo que sí coinciden los regidores es en la desolación al ver cómo cada año arde la provincia de Ourense: “Todos los años se repite la misma historia, tenemos que hacer hincapié en que la gente denuncie para intentar dar con los que prenden”; resume el alcalde de Cualedro, Luciano Rivero.

“No nos podemos permitir todos los años que se queme nuestra vegetación, qué futuro estamos dejando a los jóvenes”, se pregunta Rivero. Como alcalde, afirma que le da “rabia” que siempre se les ponga “en el mapa” por los incendios forestales.

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