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El sistema de ingreso a la universidad concede ventajas a los centros privados

Estudiantes realizan el examen de selectividad en la Universidad de Sevilla

Irene Castro

El sistema ideado para el acceso a la universidad para los mayores de 25 años favorece a las universidades privadas. Al contrario de lo que sucede con la selectividad (PAU), en la que el examen se diseña a nivel autonómico para todos los aspirantes, en la prueba de acceso para mayores de 25 años, cada centro pone su propio examen. Además, el tribunal que califica no es independiente, sino que “cada universidad corrige sus exámenes”, según ha confirmado a eldiario.es la Consejería de Educación de Madrid.

Los datos demuestran que este planteamiento favorece a los centros privados: solo el 58,95% de los aspirantes a la prueba de acceso a la universidad para mayores de 25 años la superó en las universidades públicas, frente al 72,82% que tuvo éxito en las privadas, según los datos del INE. En términos absolutos, de los 27.040 alumnos que se presentaron en centros públicos solo aprobaron 15.941, mientras que de 1.181 que lo hicieron en los privados, 860 tuvieron éxito.

En la PAU los alumnos tienen un centro adscrito en el que realizan el examen, que es el mismo para todos y convocado para la misma fecha porque se establece a nivel autonómico. Sin embargo, para acceder si se es mayor de 25 años, el alumno tiene que elegir qué quiere estudiar y, después, inscribirse para hacer el examen en la universidad seleccionada. Es decir, un aspirante a estudiar Economía en la Complutense tendrá que realizar la prueba en dicha universidad, mientras que si la quiere hacer en la Francisco de Vitoria tendrá que registrarse para el examen en ese centro privado. Las universidades públicas reservan entre un 1 y un 3% de sus plazas para los aspirantes que elijan esta fórmula de acceso.

La Ley Wert elimina la selectividad

Con la implantación de la nueva Ley de Mejora de la Calidad Educativa, la polémica LOMCE, el acceso de la universidad será similar al de los mayores de 25, en el que cada universidad es libre de imponer el examen de acceso que estime oportuno. Además, no lo corrige un tribunal independiente, sino que son sus profesores los que ponen las notas.

Los resultados de esta libertad se traducen en un porcentaje mucho mayor de alumnos que aprueban en la universidad privada. En algunas la tasa de éxito supera el 90%, como la Francisco de Vitoria (de los 12 presentados aprobaron 11, es decir, el 91,67%) o la Universidad Europea de Madrid (de 300 aprobaron 274, el 91,33%). La siguiente es la Politécnica de Cartagena (84,88% de éxito), seguida con un 85,7% por la de Navarra y la de Alfonso X El Sabio, con el 83,77%.

La llamada Ley Wert cambia las condiciones generales de acceso a la universidad. La PAU, que establecen el ministerio de Educación con las comunidades autónomas y sirve tanto para las públicas como para las privadas, desaparece. En su lugar, la nueva norma permite a cada universidad diseñar su propia prueba de acceso. En ella, además de tener en cuenta la nota de Bachillerato puede influir la modalidad y vía cursadas, las calificaciones en asignaturas concretas, otros estudios cursados con anterioridad y la “evaluación específica de conocimientos y/o aptitudes personales”. Esto, según los sindicatos, abre la puerta a la subjetividad y permitiría que un alumno consiguiera acceder o no a una carrera por una entrevista personal.

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