Alcorcón sigue la 'estrategia Botella' con la huelga de recogida de basuras
Van 14 días. Y contando. La basura vuelve a acumularse en las calles en una localidad madrileña a causa de una huelga. Tras el enfrentamiento de Ana Botella y los barrenderos de la capital en noviembre, ahora es el turno de David Pérez, alcalde de Alcorcón (y exportavoz popular en el Parlamento autonómico), en lidiar en el asunto.
De momento, la 'escuela Botella' se impone. Como la alcaldesa, Pérez ha contratado a la empresa estatal Tragsa para efectuar la recogida, y ha amenazado a los sindicatos con hacerles pagar los destrozos de mobiliario urbano generados tras una manifestación el sábado.
Tras la primera reunión que han mantenido con Esmasa, la empresa municipal de recogida de basura de Alcorcón desde que empezó el conflicto, los trabajadores han acordado continuar con la huelga indefinida. El Ayuntamiento les ha presentado una propuesta, pero quieren que el Consistorio les garantice por escrito lo que les ha ofrecido de palabra: “No disolver la empresa, pasar los contratos parciales a jornada completa y no privatizar ningún otro servicio de la compañía pública”, afirma un miembro del comité de huelga.
El día 20 de enero fue el último en el que los camiones de Esmasa recorrieron las calles de Alcorcón con normalidad. Los sindicatos CSI-F, CCOO y CGT decidieron –con el apoyo del 90% de los trabajadores en una asamblea– iniciar una huelga indefinida debido a la externalización de la recogida de vidrio, que pasará a manos de Ecovidrio, una sociedad sin ánimo de lucro (pero que a su vez debe adjudicar el servicio a una empresa).
Las organizaciones denunciaron el incumplimiento del convenio firmado el año pasado entre los trabajadores y el Ayuntamiento, por el que el Ejecutivo municipal se comprometía a no externalizar ningún servicio de Esmasa. “Los trabajadores se redujeron además el sueldo para mejorar la situación de la empresa”, señala Juan Carlos Martínez, consejero de Esmasa por IU-Los Verdes. Las tres fuerzas sindicales exponen que, “al haber sido publicado” el acuerdo en el Boletín Oficial de la Comunidad, “tiene rango de ley” y “debe cumplirse”.
Desde el inicio de la huelga, Pérez ha tachado de “política” e “injustificada” la reclamación de los trabajadores municipales: “No existe ninguna razón objetiva para estos paros, salvo intereses políticos que se anteponen a la integridad física de los ciudadanos”, recoge una nota de prensa del Gobierno local. “El alcalde habla de que no se va a despedir a ningún trabajador ni se van a bajar los sueldos. Pero es que ese no es el asunto de la huelga. Los trabajadores reclaman que se cumpla el convenio que firmó el Gobierno”, explica Martínez.
El Gobierno presidido por el 'popular' David Pérez les ofreció esas tres soluciones ayer por la noche a través de un intermediario, pero “hasta que no tengamos por escrito las propuestas, no desconvocaremos la huelga”, afirman desde el comité. David Pérez ha lamentado que no se haya llegado a un acuerdo, según recoge Europa Press, y ha calificado la huelga de “chantaje”.
Los sindicatos convocantes del paro encabezaron el sábado una manifestación, que terminó con 15 detenidos (13 ya han sido puestos en libertad con cargos) y 21 agentes heridos. David Pérez agradeció en un comunicado la labor de los policías nacionales, municipales y bomberos que actuaron en los disturbios posteriores a la marcha. El alcalde señaló a “grupos violentos de ultra-izquierda” como los responsables de estos altercados.
La misma estrategia municipal que en la capital
En Madrid, la huelga de los trabajadores de limpieza viaria y jardinería finalizó con un acuerdo entre los sindicatos y la patronal para retirar el ERE y anular los más de 1.000 despidos previstos que habían provocado las movilizaciones.
Y el Gobierno de Alcorcón convocó el pasado jueves un pleno extraordinario en el que daba un plazo de horas a los trabajadores de Esmasa para limpiar la ciudad debido a una alerta sanitaria que ponía en “grave riesgo” la salud de los vecinos, según dos informes de técnicos de la Concejalía de Sanidad del Consistorio. Lo mismo hizo Ana Botella cuando dio un ultimátum de 48 horas a los trabajadores para alcanzar un acuerdo con las empresas concesionarias del servicio.
Ante la negativa de los empleados públicos, el Ayuntamiento contrató a la empresa Tragsa, la misma opción a la que recurrió la alcaldesa de Madrid para retirar las más de 800 toneladas de basuras acumuladas durante 10 días de huelga.
Los trabajadores de esta empresa externa han retirado los residuos jueves, viernes y lunes a partir de entonces. “Lo que falta es una persona responsable de relaciones laborales”, afirma Juan Carlos Martínez, que considera que el Gobierno del PP ha ignorado a los trabajadores, dejando pasar los días hasta que se ha acumulado una gran cantidad de residuos: “Así podían recurrir a la alerta sanitaria”.
En un tono similar, Ignacio González ha dicho que “detrás de las actitudes violentas” de este fin de semana en el municipio “están movimientos antisistema alentados por partidos de izquierda”. Además, el presidente de la Comunidad también se ha apuntado a deslegitimar, como ha hecho David Pérez en varias ocasiones, los motivos de los paros de los trabajadores. “Lo de Alcorcón es una demostración más del mal uso por parte de algunos del derecho a reclamar sus condiciones laborales”, ha manifestado González.
El alcalde de Alcorcón, quien ha calificado en varias ocasiones la huelga de “política”, ha lamentado a través de la cuenta de Twitter del PP del municipio la “profunda deslealtad” de UPyD, PSOE y IU “cuando, ante una situación de riesgo para la salud, no apoyan la limpieza”.
De momento, Tragsa continúa limpiando la localidad, lo que conlleva un coste de 15.000 euros por día, según señaló David Pérez: “La mitad de lo que están costando a diario los desperfectos, las horas extra y los actos de vandalismo de la huelga”.
