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El ultramarinos que recoge alimentos para los necesitados y reparte mascarillas

Ultramarinos Javi, en el barrio de Benimaclet de Valencia, hizo un llamamiento en las redes sociales para ayudar a Moussa y sus compañeros, unos senegaleses que viven de la venta ambulante.

EFE

Valencia —

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Un pequeño ultramarinos de Valencia que abrió hace 55 años aprovecha que sigue con la persiana levantada para recaudar alimentos y dinero para cinco migrantes del barrio, repartir mascarillas confeccionadas gratuitamente por otro comercio, y llevar la compra a la gente mayor a sus casas.

Ultramarinos Javi, regentado por Mayte Navarro y Javi Torres en el barrio de Benimaclet, hizo un llamamiento en las redes sociales para ayudar a Moussa y sus cuatro compañeros de piso, unos senegaleses que viven de la venta ambulante y ahora que no pueden hacerlo por el confinamiento no tienen para comer, y se han visto desbordados por la respuesta.

LOS MIGRANTES AYUDADOS POR TODO EL BARRIO

La pequeña tienda, ubicada en pleno centro histórico del barrio, ha puesto una caja en la que quien quiera puede depositar alimentos -que adquiera allí o que traiga de casa- y una hucha para recoger dinero con el que ayudar a los cinco migrantes a pagar el alquiler o los gastos de la vivienda, y por las tardes alguno de ellos se acerca a recogerlo.

“La respuesta del vecindario ha sido superbuena, pues los conocen a todos desde hacen años”, explica a EFE Mayte Navarro, quien junto a su marido lleva el día al día de esta tienda que tiene “un poco de todo”, y precisa que han tenido que pedir a la gente que no compre tanto de golpe y espacien la ayuda a lo largo de los días.

La mayoría de productos que recogen son alimentos no perecederos, como leche, arroz o lentejas, pero también hay gente que trae pan y que adquiere alimentos que solicita este grupo, como mantequilla, carne o fruta.

La respuesta de los beneficiarios de esta muestra de solidaridad son las gracias infinitas, explica Navarro, quien cuando se le pregunta por qué la han promovido responde sin dudarlo: “Porque somos personas, no solo tenderos; no solo vamos a vender y a ganar dinero”.

Asegura que el barrio “se ha volcado” en esta crisis del coronavirus en las pequeñas tiendas como la suya, que abrieron sus padres en 1965 y que desde hace 25 años regentan ella y su marido, hasta el punto de que además de los clientes habituales del día a día, dice, “está viniendo gente que antes venía a por muy poquito, o gente que no conozco, lo cual está genial”.

LAS MASCARILLAS SOLIDARIAS

Además, en esta tienda cualquier persona que necesite una mascarilla puede acercarse a por una de manera gratuita, gracias a que los propietarios de otro comercio del barrio, Cottontex, dedicado a la confección de cortinas y ropa de hogar, se han puesto a coserlas y se distribuyen en el ultramarino.

Esas mismas mascarillas, elaboradas con protector de colchón, han llegado también a hospitales como el Clínico o el Arnau de Vilanova, a Correos, al ambulatorio o a una empresa de limpieza del barrio que las ha solicitado, explica Navarro, a quien periódicamente le llegan nuevas remesas de este material de protección personal.

Destaca que en estos tiempos hay que tener en cuenta las situaciones que hay alrededor, y reivindica que en los pequeños comercios de los barrios se conoce a muchas personas por su nombre y sus familias y es más fácil impulsar medidas como esta.

Y LA AYUDA EN LA COMPRA PARA LOS MAYORES

El ultramarinos también lleva la compra a la gente mayor a sus casas, un servicio que ya daba antes de que comenzara la crisis del coronavirus y que ahora se ha incrementado “un 60 por ciento”, porque los mayores no quieren salir a la calle, explica a EFE Javi Torres.

“Son clientes de hace años; nos llaman por teléfono y cuando podemos vamos y les dejamos la compra en la puerta, y ellos nos dejan el dinero fuera”, explica Torres, quien admite esto les supone más jaleo en la organización del día a día de la tienda, pero destaca: “¿Cómo les vamos a decir que no? Ahora, más todavía”.

Por Loli Benlloch

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