Como utilizar las emociones para salir de la exclusión

A Roberto Rivera le dijeron en la escuela que no era capaz de aprender, cuando creció no pudo encontrar trabajo, se dedicó a vender marihuana y se enganchó. Hoy es profesor universitario y lleva una década ayudando a adolescentes a escapar de la exclusión, utilizando la creatividad y el hip hop.

Aquel joven sin esperanza y al borde del suicido imparte ahora una asignatura sobre cambio social, cultura joven y artes en la Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos), preside la asociación internacional The Good Life, ha sido incluido en la lista de los “top jóvenes agentes de cambio en América” y ayer aprendió la expresión española “ni-ni”.

Y es que Rivera está en Santander porque será uno de los profesores del máster en educación emocional, social y de la creatividad que imparte la Universidad de Cantabria junto a la Fundación Botín, que ha introducido estos métodos en 150 colegios de España.

Hoy, en la presentación de la quinta edición, ha hablado a los periodistas de su pasado de alumno difícil de encajar en el sistema educativo, pandillero y traficante y de su presente de investigador en aprendizaje social y emocional y de educador en aulas de secundaria de Los Ángeles, Milwaukee y Chicago, donde se encuentra con chicos que fueron como él o como los “ni-nis” españoles.

Se declara activista de la educación y defiende que el potencial de un país se mide en lo que invierte en ella. De la misma forma sostiene que su riqueza no tiene que ver “ni con el Producto Interior Bruto, ni con el petróleo que compra”, sino con las posibilidades que ofrece a los niños de desarrollar su potencial.

Para Rivera, a los jóvenes de todo el mundo les está costando mucho adaptarse al siglo XXI, porque se les preparara para “la era industrial antigua” cuando lo que necesitan, a su juicio, es “tener un pensamiento de cambio, desarrollar sus habilidades emocionales y personales”.

Por eso cuando le hablaron del máster de Cantabria, se dijo: “esta universidad lo está haciendo bien”. Cree que los profesores que está formando se están preparando para ser “emprendedores sociales”. “Son los héroes que van a iniciar el movimiento para una sociedad más justa”, afirma.

Este profesor e investigador estadounidense, que ha acabado resumiendo su filosofía a ritmo de rap, utiliza el hip hop, el jazz, el blues y el gospel para que los jóvenes identifiquen sus emociones y transformen sus sentimientos negativos, desde la idea de que es “absolutamente fundamental” darles voz y que expresen sus emociones para “ser mejores”.

Y los resultados están ahí. Ha llegado a aulas con un 50 por ciento de absentismo y las ha dejado con una asistencia del cien por cien, tirando de unas estrategias que “le han dado la vuelta al abandono escolar”.

Pero no sólo las aulas son el objetivo de los profesionales que asisten al máster de la Universidad de Cantabria que codirige la responsable de programas educativos de la Fundación Botín, Fátima Sánchez, quien señala que es “único en el mundo” porque hay experiencias similares en otros países como Canadá, pero “no con la misma solidez”.

En las últimas ediciones, otros profesionales, desde economistas a ingenieros, interesados en aplicar estas experiencias en su trabajo se han sumado al máster.

Una de sus exalumnas es Sara González, que ha puesto en marcha un programa en la Fundación Valdecilla de Santander con enfermos crónicos y sus familias gracias “a la fuente inagotable de recursos y competencias” a la que ha podido acceder con esta formación.

Empezó aplicándolos en su rutina diaria y ahora, dice, cuida más las relaciones con las personas de su entorno y es más creativa a la hora de buscar soluciones a los problemas del día a día.

Cuenta que el programa está dando muy buenos resultados, que próximamente presentará en un congreso sobre inteligencia emocional que se celebrará en Buenos Aires.

Cuarenta expertos nacionales e internacionales, de universidades como Yale o la British Columbia de Canadá, serán profesores, junto a docentes de la Universidad de Cantabria, en la quinta edición de este máster, para el que se podrá solicitar plaza del 15 de junio al 18 de septiembre.

Lola Camús