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Las vacunas no llegarían a los países más pobres en caso de pandemia

El presidente de EEUU, Barack Obama, se vacuna contra la gripe A en diciembre de 2009. Pete Souza / Casa Blanca

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Manuel Ansede —

Era la primera pandemia declarada en el siglo XXI. Pocos días después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunciara la existencia de un nuevo virus, el patógeno ya había infectado a unas 30.000 personas en 74 países. La directora de la OMS, Margaret Chan, advirtió de que el virus era “imparable”. Muchos periódicos llenaban sus titulares de alarmismo y algunos expertos se temían una mutación que provocase una peste equivalente a la gripe de 1918, que mató a más de 20 millones de personas.

Era el virus de la gripe porcina, surgido en abril de 2009 y rebautizado en seguida virus de la gripe A por la presión de los ganaderos. Por suerte, no fue tan dañino como se temía. Por suerte, sobre todo, para los países más pobres. Un estudio de la Oficina Europea de la OMS admite que el acceso a las vacunas contra la gripe porcina fue “muy poco equitativo, con un acceso insuficiente y tardío en muchos países, especialmente en los de menos ingresos económicos”. Las vacunas llegaron más y antes a los países ricos.

En los países más ricos la vacuna llegó dos meses antes de su pico de infecciones. En los países con menos recursos, hasta 10 meses después del pico. “En total, 17 países (el 44%) recibieron la vacuna después del pico de la pandemia y la mayoría de ellos están clasificados como países en desarrollo”, señala el estudio.

Una burocracia inasumible

El mayor retraso se produjo en los países de la zona que dependían de las vacunas donadas por la OMS: Armenia, Azerbaiyán, Georgia, Kirguizistán, Moldavia, Tayikistán, Ucrania y Uzbekistán. “Una de las razones principales fue la demora en obtener la aprobación reglamentaria, por lo que se retrasaron los envíos de la OMS”, explica Caroline Sarah Brown, responsable del programa de gripe en la Oficina Europea. Además, estos países tardaron en desarrollar planes de distribución de las vacunas cuando comenzó la pandemia. “Estamos trabajando con los países en estos dos aspectos”, añade Brown.

Kirguizistán, Ucrania y Uzbekistán, con una población total de 80 millones de personas, ni siquiera llegaron a completar el complejo proceso burocrático para recibir las vacunas donadas. Si el virus de la gripe hubiera sido más agresivo, como se temió en un principio, habría sido una tragedia.

Para donar sus vacunas, la OMS exigía que los países receptores firmaran un complejo documento en el que, entre otras cosas, tenían que aceptar la responsabilidad de posibles efectos adversos. “A menudo la firma se retrasó por el tiempo requerido para revisar las condiciones legales”, afirman los autores del estudio, publicado en la revista especializada Vaccine.

Además, otro requisito de la OMS para los países receptores era la entrega de un detallado plan de distribución de la vacuna, algo que “requería considerables recursos y desempeñó un papel importante en el retraso”. Brown cree que el atasco podría repetirse en otra futura pandemia. “Como la capacidad de regulación fue un problema, podría aplicarse a otras nuevas vacunas distribuidas en circunstancias de emergencia”, advierte.

Futuras pandemias

La industria farmacéutica logró producir 500 millones de dosis hasta diciembre de 2009, un ritmo sin precedentes. El número de vacunas donadas en todo el mundo también fue récord: superó los 120 millones. Sin embargo, “la producción de vacunas, más baja de lo esperada, limitó la cantidad de vacunas donadas, que sólo pudieron cubrir al 10% de la población de los países receptores”, según apunta el estudio de la OMS.

Los autores advierten de que la actual capacidad de producción mundial de vacunas es de sólo 900 millones de dosis anuales. Además, alertan, el proceso tradicional de producción es largo (los virus vacunales se cultivan en huevos de gallina) y se pueden necesitar dos dosis para generar inmunidad en una persona ante un nuevo virus de la gripe. Estos factores son “un serio desafío” si en un futuro cercano se desata otra pandemia. “Estos inconvenientes se acentuarían en el caso de una pandemia causada por la muy virulenta gripe aviar A(H5N1) o la nueva gripe aviar A(H7N9) [que mata a más de un tercio de los pacientes hospitalizados]”, según los científicos.

Un trabajo previo, elaborado por la Organización Panamericana de la Salud, denunció que el acceso a las vacunas contra la gripe A estuvo “lejos de ser equitativo, tanto en cuanto a la cantidad de vacunas disponibles como a su puntualidad”. Mientras que las vacunas llegaron a Canadá y EEUU en octubre de 2009, en la mayor parte de países de América Latina se repartieron entre enero y mayo de 2010.

Canadá y EEUU dispusieron de suficientes vacunas como para cubrir al 50% de su población. Sin embargo, los países latinoamericanos que recibieron vacunas donadas por la OMS –como Bolivia, Cuba, Guatemala y Nicaragua– sólo pudieron cubrir al 13% de sus habitantes.

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