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Un viaje de riesgo para llevar un mensaje de paz

El Vaticano confirma todas las etapas del viaje del papa Francisco a África

EFE

Nairobi —

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La próxima visita del papa Francisco a República Centroafricana (RCA), que en principio tendrá lugar los días 29 y 30 de noviembre, es un viaje de riesgo dada la situación de inseguridad que vive la capital del país, Bangui, tras la nueva ola de violencia desatada en la últimas semanas.

Sin embargo, el pontífice ha decidido mantener el viaje “para manifestar la cercanía de toda la Iglesia a esta nación tan afligida y atormentada”, según sus propias palabras tras el rezo del Ángelus dominical celebrado a principios de mes, con las que también animó a poner fin a la violencia.

En sus dos años de pontificado, Francisco se ha mostrado conciliador con asuntos tan espinosos como la homosexualidad, el aislamiento de Cuba y el diálogo interreligioso tanto con judíos como con musulmanes, por lo que su presencia podría servir para iniciar un verdadero diálogo de paz.

Desde finales de septiembre, decenas de personas han muerto en Bangui como consecuencia de los nuevos enfrentamientos entre los exrebeldes Séléka -de mayoría musulmana- y las milicias anti-Balaka -con predominancia de cristianos y animistas-, que han acabado con meses de relativa calma en todo el país.

En este contexto, la visita del papa podría servir, por una parte, para dar una mayor visibilidad internacional al conflicto y, por otra, tender puentes entre ambos bandos, ya que la contienda tiene un claro trasfondo religioso mezclado con una lucha de poder.

En marzo de 2013 las milicias Séléka derrocaron al entonces presidente, François Bozizé, y tras nueves meses de combates contra los anti-Balaka, que provocaron cientos de miles de desplazados, se estableció un Gobierno de transición cuyo mandato expira el 31 de diciembre.

La proximidad del referendo constitucional y de las elecciones presidenciales, que tendrán lugar en diciembre, ha puesto en alerta a las fuerzas de la Misión de Naciones Unidas en RCA (MINUSCA) y a las tropas francesas de la Operación Sangaris, que están ya al límite de su capacidad.

“La presencia del papa podría propiciar un acercamiento entre musulmanes y cristianos. A pesar de que los católicos no son mayoría en el país, la figura del papa es respetada”, señala a Efe el director de Intermón Oxfam en RCA, Ferran Puig.

Durante su visita, el pontífice visitará un campo de desplazados, conversará con obispos, confesará a algunos jóvenes y celebrará una misa multitudinaria. Como gesto de apoyo a los esfuerzos de paz, el papa Francisco abrirá la Puerta Santa de la catedral de Bangui, símbolo de refugio y divinidad.

También tiene previsto reunirse con varios líderes religiosos en la mezquita central de Bangui, en el barrio Pk5, donde viven los pocos musulmanes que no han huido de la ciudad a causa de las escaramuzas con las milicias cristianas, que controlan los barrios circundantes.

En opinión de Puig, “la imagen del papa en la mezquita central de Bangui sería muy potente”, aunque advierte que el riesgo “de que algo no vaya bien durante su viaje es bastante elevado”, y pone como ejemplo la misa programada en el estadio Barthelemy Boganda, a la que podrían asistir 20.000 personas.

Otra de las preocupaciones del director de Oxfam es que la presencia del papa obligará a las tropas de la MINUSCA y de la Operación Sangaris a destinar gran parte de sus recursos a la seguridad del pontífice, lo que podría poner en riesgo a otras partes del país que quedarían desprotegidas.

Las milicias Séleka controlan el este y el norte del país, mientras que las anti-Balaka tienen sus bastiones en el oeste. Entre medias hay “una zona de fractura que ahora mismo está bastante caliente” y que podría ser el centro de nuevos combates si la presencia militar disminuye, remarca Puig.

Por Xavi Fernández de Castro

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