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Ser zurdo o diestro puede ser un factor relevante en las elecciones de EEUU

Solo un 10% de los seres humanos son zurdos

Teguayco Pinto

Los diestros y los zurdos piensan, sienten y actúan de manera ligeramente diferente y estas diferencias pueden influir en lo que compran, en lo que les resulta atractivo e incluso a quién votan. Esta es la conclusión de un estudio que ha sido presentado en la reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia.

En particular, el profesor de la Universidad de Chicago Daniel Casasanto ha determinado que los diestros tienden a elegir a las personas o productos que se sitúan a su derecha, mientras que los zurdos tienden a escoger los que se sitúan a su izquierda.

El hallazgo de Casasanto puede tener consecuencias políticas, ya que, según los resultados de su investigación, en unas elecciones los diestros tienden a escoger a los candidatos cuyo nombre aparece en el margen derecho de la papeleta electoral un 15% más que los zurdos. En España cada papeleta corresponde a un partido, pero en EEUU todos los candidatos presidenciales aparecen en una sola papeleta. Sobre esa se ha hecho el estudio.

La explicación ofrecida por este investigador es que las personas desarrollan algún tipo de sesgo inconsciente favorable al lado que consideran bueno, incluso para las cosas que no requieren a usar sus manos.

El cuerpo puede determinar las emociones

Es evidente que no todas las personas son físicamente iguales y la idea básica que subyace tras las investigaciones de Casasanto es que los cuerpos de algunos seres humanos difieren de los demás de tal forma que hace que interactúen de manera diferente con el mundo que les rodea. Este investigador lleva años estudiando cómo estas diferencias pueden dar forma a nuestros cerebros y cambiar nuestra manera de pensar.

Estudios anteriores ya han mostrado que la lateralidad, o el dominio de un lado del cuerpo sobre otro, puede tener implicaciones en distintos ámbitos e incluso que ser zurdo puede ofrecer una ventaja competitiva en deportes como el béisbol, el boxeo, el hockey o la esgrima. Pero ¿cómo afecta al resto de la población ser zurdo o diestro?

Cambios en el cerebro

La mayoría de las funciones cognitivas no cambian según se utilice más una mano que otra. El lenguaje, por ejemplo, se encuentra principalmente en el hemisferio izquierdo para la mayoría de las personas, ya sean diestras o zurdas. Sin embargo, existen emociones que están íntimamente ligadas a ciertas acciones y a la mano con la que la llevamos a cabo.

El estudio de Casasanto determina que si se cambia la mano que se utiliza habitualmente, aunque sea por unos minutos, se puede llegar a cambiar la forma de pensar de un individuo. La conclusión de este investigador es que la forma en la que usamos las manos también puede determinar cómo están conectadas las emociones en el cerebro.

Por ejemplo, las acciones de aproximación, como utilizar una espada, se suelen hacer con la mano dominante, mientras que las acciones de evasión, como las que se hacen con un escudo, se suelen hacer con la mano no dominante.

En un estudio anterior, Casasanto planteó que existe una relación entre estas acciones físicas de aproximación y evasión y los impulsos afectivos que nos llevan a acercarnos o a evitar a ciertas personas o situaciones sociales. En ese estudio se consiguió demostrar que, contrariamente a lo que se pensaba, las regiones del cerebro que controlan estas emociones no son fijas, sino que se invierten entre personas zurdas y diestras.

Los únicos primates no ambidiestros

Aunque las investigaciones de Casasanto ofrecen información sobre cómo afecta la lateralidad al cerebro, aún no se sabe por qué los seres humanos tienen preferencia por una mano, la derecha por lo general, en lugar de utilizar indistintamente las dos, tal y como hacen el resto de primates.

Algunos estudios realizados con chimpancés muestran que éstos tienden a realizar más acciones con una mano cuando caminan erguidos, mientras que cuando lo hacen a cuatro patas no se aprecia ninguna preferencia. Así que diversos investigadores creen que tener una mano dominante nos ofreció algún tipo de ventaja evolutiva cuando comenzamos a caminar erguidos.

Otros investigadores han relacionado la lateralidad de los humanos con que la región del habla, conocida como área de Broca, se encuentre en el hemisferio izquierdo y con el hecho de que este hemisferio sea el que controla el lado derecho del cuerpo. La importancia del habla en nuestra evolución ha llevado a algunos científicos a plantear que éste puede ser el motivo de nuestro favoritismo por este lado.

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