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Google encubrió durante años casos de abuso sexual por parte de tres directivos

La "tasa Google" prevé sanciones para empresas que traten de ocultar usuarios

elDiario.es

Google protegió a tres exejecutivos después de que fueran acusados de abusos sexuales por trabajadoras de la propia compañía, según ha desvelado este jueves una investigación del diario estadounidense The New York Times. Los tres directivos abandonaron Google acompañados de compensaciones millonarias mientras el gigante tecnológico trataba de silenciar las denuncias.

Uno de los ejecutivos que Google ha estado protegiendo durante años después de ser acusado de abuso sexual es Andy Rubin, creador del sistema operativo Android. Rubin se despidió de la compañía con honores -un comunicado alabó su labor en la empresa y sus logros como fundador de Android- y con un paquete de compensación que asciende a 90 millones de dólares. Una suma que el exdirectivo ha percibido a plazos: dos millones de dólares cada mes desde el año 2014. Otro de los directivos fue despedido en condiciones similares a las de Rubin mientras que en el tercer caso, además de omitir la denuncia, el gigante tecnológico optó por ascender al acusado.

Google decidió despedir a Rubin omitiendo que había sido acusado de haber tenido un comportamiento sexual inapropiado una trabajadora del equipo de Android. La mujer, con la que Rubin había mantenido una relación sentimental, denunció que el ejecutivo la forzó para que le hiciera una felación en una habitación de hotel en el año 2013, una acusación que confirmaron otros dos altos ejecutivo de la compañía.

Tras una investigación interna, Google concluyó que la versión de la mujer era cierta, según afirman fuentes citadas por The New York Times. El diario estadounidense ha tenido acceso a varios acuerdos de confidencialidad donde quedaron registrados todos los hechos. En ese momento, el entonces director ejecutivo de la compañía, Larry Page, solicitó la dimisión de Rubin.

Según su propia normativa laboral, Google podría haber despedido al 'padre' de Android sin una compensación económica. Las acusaciones eran lo suficientemente graves como para que no hubiera sido considerado despido improcedente. No obstante, la compañía optó por dejarle ir bajo alabanzas y con la compensación de 90 millones.

Además de Rubin, otros dos altos cargos de la empresa también recibieron importantes sumas de dinero tras ser acusados de abusos sexuales o conducta sexual inapropiada con trabajadoras de la empresa. Las víctimas, en cambio, fueron trasladadas a otros departamentos o se vieron obligadas a dejar la empresa sin ningún tipo de compensación económica.

El portavoz de Andy Rubin, Sam Singer, ha negado las informaciones publicadas por The New York Times y ha asegurado que el fundador de Android en ningún momento fue informado de que se hubiera emitido una denuncia en su contra por abusos sexuales. Según Singer, Rubin dejó Google por decisión propia.

El segundo caso es el de Amit Singhal, uno de los vicepresidentes de la compañía y jefe del Departamento de Búsqueda durante más de 15 años. En 2015, una trabajadora de la compañía aseguró que Singhal la agarró indebidamente e intentó besarla durante un evento de empresa. Google puso en marcha una investigación y concluyó que el por entonces vicepresidente presentaba síntomas de embriaguez en el momento del incidente y que no había testigos que pudieran confirmar la versión de la joven denunciante.

No obstante, Google estableció en su informe final que las acusaciones eran creíbles. La empresa no despidió a Singhal, sino que aceptó su dimisión, que incluía una retribución económica millonaria a cambio de que no se fuera a trabajar para la competencia.

“Google sentía que yo era la carga”

El tercer alto cargo señalado se llama David C. Drummond. A pesar de Google se anuncia como una compañía especialmente flexible y distendida en lo que respecta al ambiente de trabajo -numerosos altos cargos, incluido el propio Larry Page, han mantenido relaciones sentimentales con sus compañeras- cuando Drummond optó por desvelar a sus superiores que mantenía una relación con su subordinada, desde Recursos Humanos le dijeron que la política de la compañía estaba en contra.

Ambos fueron cambiados de departamento. Drummond fue ascendido, mientras que su por entonces pareja, Jennifer Blakely, fue trasladada a un puesto inferior en ventas. Dejó la empresa un año después. Drummond, por su parte, a día de hoy es el principal consejero legal de Alphabet -la empresa matriz de Google- y dirige el fondo de inversiones de la compañía.

“Uno de nosotros tenía que dejar el Departamento Legal en el que trabajábamos”, comentaba Blakely al NYT en una entrevista. “Estaba claro que no iba a ser David”. Según ha manifestado la antigua trabajadora de la empresa, el trato que recibió por parte de Google pone de relieve que para aquellos dentro de la élite “no hay consecuencias”. “Google sentía que yo era la carga”, ha concluido.

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