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El “Pacto Communazi” divide a los rusos en su 80 aniversario

Portada del diario Pravda (1939) sobre la ratificación por el Sóviet Supremo del pacto Mólotov-Ribbentrop que celebra este jueves su 80 aniversario y cuya publicación ha agravado la división entre los rusos que creen que la URSS no tenía más remedio que pactar con la Alemania nazi y aquellos que opinan que dio alas a Hitler para invadir Polonia e iniciar la Segunda Guerra Mundial.

EFE

Moscú —

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La publicación del protocolo secreto del pacto Mólotov-Ribbentrop en su 80 aniversario ha agravado la división entre los rusos que creen que la URSS no tenía más remedio que pactar con la Alemania nazi y aquellos que opinan que dio alas a Hitler para invadir Polonia e iniciar la Segunda Guerra Mundial.

“Aún hoy en día, todo lo que tiene lugar en Ucrania y en Polonia son ecos de dicho evento histórico, que todavía no ha sido ni aclarado, ni explicado, ni ha recibido una valoración histórica definitiva”, comentó a Efe Grigori Yavlinski, líder liberal ruso.

En un intento de convencer a aquellos que seguían negando la existencia del protocolo secreto, la Cancillería se decidió a hacerlo público y el Archivo Federal a exponerlo coincidiendo con el aniversario de su firma en Moscú el 23 de agosto de 1939.

La Unión Soviética y Alemania “...discutieron en estricta confidencialidad el asunto de la delimitación de las esferas de intereses de ambas partes en Europa Oriental”, señala el documento expuesto estos días en la capital rusa.

“¿Seguro que es auténtico? Parece una copia”, comentó uno de los incrédulos visitantes de la exposición.

El documento del conocido también como “Pacto Communazi”, incluye tres cláusulas sobre el reparto de Finlandia y los tres países bálticos (Lituania, Letonia y Estonia); Polonia -incluido su posible desaparición como Estado independiente- y Besarabia, actual Moldavia.

“Stalin también mantenía negociaciones con Inglaterra y Francia sobre la necesidad de una defensa colectiva contra Alemania, pero entendió que Hitler le daría lo que Occidente no estaba dispuesto: los Bálticos y Polonia”, señaló a Efe Nikita Petrov, historiador de la organización de derechos humanos Memorial.

Con todo, la publicación del histórico documento no ha hecho que ninguno de los bandos modifique sus posturas, sino que se atrinchere aun más tras las barricadas, ya que en juego está el papel de la URSS en una contienda en la que murieron más de 26 millones de ciudadanos soviéticos.

“La Unión Soviética tiene la misma responsabilidad que Alemania en el inicio de la Segunda Guerra Mundial”, insistió Petrov.

El presidente ruso, Vladímir Putin, intentó dar carpetazo a la acalorada discusión histórica al asegurar que Iosif Stalin se vio obligado a pactar con el diablo, es decir, con Hitler, después de que Inglaterra y Francia se negaran a formar una coalición antinazi.

Según esa versión, la URSS firmó el pacto para garantizar su seguridad, ya que no estaba preparada para hacer frente al Ejército alemán, por lo que su decisión buscaba exclusivamente ganar tiempo.

Esa es la postura que mantiene la historiografía oficial rusa, que acusa de revisionismo a cualquiera que ponga en duda las intenciones de Stalin, pese al hecho de que, mientras el 2 de septiembre Alemania invadió Polonia, el Ejército Rojo hizo lo mismo el día 17.

“Si no hubiéramos firmado ese acuerdo...no hubiéramos logrado 2-3 meses de heroica resistencia del Ejército Rojo, no hubiéramos podido evacuar nuestras empresas al este, no hubiéramos tenido tiempo para transferir las divisiones siberianas para defender la capital”, dijo Serguéi Ivanov, exministro de Defensa.

Ivanov defendió la postura de que la guerra fue desencadenada no por el pacto suscrito en Moscú por Viacheslav Mólotov y Joachim von Ribbentrop en presencia de Stalin, sino por ingleses y franceses al entregar Checoslovaquia a Hitler en el Acuerdo de Múnich de 1938.

“Los historiadores del Kremlin están empeñados en vender al mundo que la URSS no hizo nada horrible, aunque el protocolo sea una violación del derecho internacional. El caso es que Rusia no quiere reconocer ese crimen internacional porque los sigue cometiendo con la anexión de Crimea y la injerencia en Ucrania”, señaló Petrov.

Para los soviéticos, la Gran Guerra Patria arranca oficialmente con la invasión alemana un 22 de junio de 1941, aunque la URSS se sirvió del pacto para invadir Finlandia en noviembre de 1939; ocupar Besarabia; instalar gobiernos títeres en los países bálticos y matar a 22.000 militares polacos en Katyn entre 1940 y 1941.

Muchos historiadores rusos consideran que Stalin no sólo no ganó tiempo, sino que fue incapaz de preparar al Ejército soviético para una posible agresión después de haber purgado en 1937 a la práctica totalidad del generalato y a casi todos los comandantes de división.

“Los rusos no queremos mirarnos al espejo de la historia”, lamentó Petrov.

Los historiadores occidentales, incluido los alemanes, condenan el pacto al considerar que Stalin, desesperado por evitar la guerra, dio alas al Tercer Reich para hacer realidad el sueño de ampliar su “espacio vital”.

En una demostración de que las heridas aún supuran, la organización Memorial convocó para el viernes una caminata entre las embajadas de las tres repúblicas bálticas, para quienes el pacto supuso su entrada forzosa en la órbita comunista y más de medio siglo de yugo soviético.

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