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De series a manualidades: el monstruo de las mil cabezas de Amazon

Centro logístico de Amazon

David Sarabia / Mónica Zas Marcos

Amazon ahora también vende artesanía. Es el último movimiento de la empresa de Jeff Bezos para hacerse con todo el mercado: empezó poniendo a la venta cerca de 200.000 libros y después vino la electrónica, la ropa, la música y la televisión en streaming. Hace dos meses, revolucionaron el sector de los productos frescos lanzando Amazon Prime Now y ocuparon un nicho más, el de los comestibles.

La compañía ha estrenado un nuevo servicio este jueves. Amazon Handmade se configura como un marketplace de productos artesanos a la carta donde el cliente podrá elegir entre más de 30.000 manualidades. De momento, ese es el catálogo inicial. Aunque la idea no es nueva.

Antes que la artesanía de Amazon, en Internet estaba Etsy. Bezos no se inventó la música en streaming, ni la edición digital de libros. Tampoco anticipó el VoD (Video on Demand) ni descubrió el fuego llevando productos frescos a casa en menos de una hora. Todo eso ya existía. ¿Cuál es la gran diferencia entre ellos? Que Amazon lo hace bien, rápido y sin preguntar. Y es más barato.

Estos son algunos de los nichos en los que Amazon ha metido la cabeza para después arramplar con todo.

Artesanía y manualidades

En la última “idea” de Jeff Bezos tiene mucho que ver Etsy. Fue fundada en 2005 por Robert Kalin, Chris Maguire, Haim Schoppik y Jared Tarbell y, antes que Amazon, ya se dedicaba a la compraventa de objetos artesanos. En su web hay desde ropa y bisutería hasta agujas, botones, hilo o telas. Todo ello personalizable y a elección del consumidor.

De momento, el catálogo de Etsy supera con creces al de Amazon Handmade. En 2015, la web tenía 29 millones de items en su catálogo, muy lejos de los 30.000 objetos con los que nace la iniciativa de Bezos. Pero quién sabe: en 1995 empezó con 200.00 libros y 20 años después triplica esa cifra solo si contamos sus ebooks.

Vídeo y música en streaming

streamingNo se puede decir que Amazon sea el rival más fuerte de Netflix sobre la arena del vídeo en streaming. Principalmente por las mastodónticas campañas de publicidad que encabezan tanto la empresa de Red Hastings como Apple TV, HBO o Hulu. El servicio de Amazon Prime desembarcó en 2005 sin hacer demasiado ruido, hasta que Jeff Bezos decidió jugar en el patio de los mayores. A mediados de este año, Amazon mejoró la oferta de Netflix e hizo que los foráneos se interesaran cada vez más con un catálogo que tiene poco de principiante.

Amazon Prime, que todavía no está disponible en España, no solo oferta algunas de las mejores series antiguas de HBO, sino que también produce su propio contenido y actualiza la lista de capítulos y películas cada mes religiosamente. Una rutina por la que han transmutado de polizón a gigante empresarial. A medida que series originales como Mozart in the jungle y The man in the castle cosechan estatuillas en los Globos de Oro y los Emmy, la sombra de Amazon engulle un poco más el mercado y se anima a competir con suculentas ofertas. 

Tampoco podemos olvidar que dentro de esos paquetes también se puede disfrutar de otros de sus muchos servicios. Un combo que, de momento, no está al alcance de sus competidores de VoD. Como por ejemplo, una suscripción a su plataforma de música en streaming. Sí, de nuevo a Jeff Bezos no se le escapa una gallina de los huevos de oro como Spotify o iTunes. Amazon Prime Music nació como un servicio gratuito para todos los usuarios de pago, pero prevé lanzarse a la conquista del mundo. El catálogo cuenta con un millón de canciones -nada comparado a los 20 de Spotify- pero no incluye publicidad ni límites de escuchas. No será un exterminador, pero tampoco lo necesita. 

Librerías y editoriales

El gran caramelo de Amazon es Marketplace, un servicio que apareció en el 2000 y que ha alcanzado un ritmo de 1.000 millones de ventas al año. Que al buscar un libro en su web nos de la posibilidad de comprarlo de primera edición o de segunda mano es una estrategia arriesgada que solo se puede permitir Bezos. Por supuesto, este movimiento no se ganó el corazón de las editoriales, que ven como las nuevas ediciones se les amontonan en el stock

Eso sin olvidar su plataforma de publicación de ebooks, que tuvo su puesta de largo en septiembre de 2014. El método se basa en una especie de crowdsourcing para buscar nuevas promesas. Los autores suben sus títulos inéditos y los ponen a disposición de los clientes para que los voten y se sometan al tribunal literario de Amazon. En caso satisfactorio, la compañía ofrecerá un contrato de cinco años al escritor y actuará como cualquier otra editorial, quedándose con los derechos del formato digital y el audiolibro de todos los idiomas. 

Ironías del destino. Amazon quería vender libros en Internet y en noviembre del año pasado abrió su primera librería física en Seattle con un catálogo que ronda los 6.000 ejemplares. En un artículo publicado en Fortune, la Asociación de Editores Estadounidenses ganó 2.800 millones de dólares en ventas de ebooks en 2015, un 11% menos que el año anterior. Y es que Amazon domina el sector de los libros electrónicos y contra él no hay quien compita. Sin embargo, Bezos ya planea abrir entre 300 y 400 librerías físicas por todos los EEUU.

Supermercados y repartidores

Fue el movimiento previo a Etsi. Hace dos meses, Amazon anunció que llevaría productos frescos a casa en menos de una hora a sus clientes premium. De momento el servicio solo está disponible a través de la app, y es que como ya explicamos en eldiario.es, que Amazon solo haya habilitado una vía para hacer los pedidos tiene que ver más con una cuestión monetaria que de principios.

Aún es pronto para evaluar el impacto, pero la empresa de Bezos se ha vuelto competencia de la noche a la mañana para los supermercados (más para los pequeños que para los grandes) de las grandes ciudades. Igualmente, las empresas de reparto han visto cómo un gigante llamado Amazon aterrizaba a su lado con Prime Now. Y todo esto sin tener en cuenta que los planes de Bezos pasan, a corto plazo, por repartir la compra vía dron. Algo todavía imposible porque ninguna ley de ningún país permite el vuelo de drones sobre núcleos urbanos.

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