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El sistema australiano para consultar historiales de pacientes en Internet colapsa el primer día por el alto número de bajas

My Health Record

David Sarabia

Se llama My Health Record (Mi registro sanitario) y bajo la definición “sumario online de tu información de referencia médica”, el gobierno australiano impuso a todos sus ciudadanos entrar a formar parte de él desde el 1 de enero de 2015. No pueden elegir no figurar ahí: sus historiales médicos se suben automáticamente a Internet desde hace tres años y medio. Hasta ahora no podían salir ni ejercer ningún derecho. Pero este lunes, el gobierno ha abierto un plazo de tres meses (hasta el 15 de julio) para que todo el que lo desee elimine sus datos de allí.

Ha sido un lunes negro: cada persona tenía que entregar su número de pasaporte o carnet de conducir para darse de baja, pero el sistema colapsó y se cayó. Como en Internet no funcionaba nada, la gente llamó entonces por teléfono a la oficina para contactar con un operador, que tampoco pudo hacer nada. Hasta este 15 de julio, My Health Record contaba con el historial médico de 5,8 millones de australianos y era imposible darse de baja.

Cuando el sistema se lanzó en noviembre del 2013, las autoridades australianas consideraron que My Health Record tenía que ser opt-in; es decir, que fueran los ciudadanos los que voluntariamente se apuntasen. Tres meses después solo se habían inscrito 1,4 millones de australianos en un país que cuenta con una población de 24 millones. Fracaso absoluto.

El ejecutivo de Malcolm Turnbull pensó que un 5,8% de ciudadanos inscritos era muy poco, así que consideró darle la vuelta a partir de enero del 2015. Ya que apenas había gente apuntada, mejor inscribir a todos y que sean ellos los que se den de baja. Esto es lo que se conoce como opt-out y es la manera que encontró el sistema australiano para paliar las pobres estadísticas.

Este mayo, el gobierno anunció que daría un ultimátum de tres meses desde el 15 de julio para que la gente que quisiera se diese de baja de My Health Record. A finales de ese mes, solo el 1,9% de todos los inscritos habían pedido la eliminación de sus datos personales del registro.

No muy privada

Entre tanto, My Health Record ya ha llamado la atención de los expertos en privacidad del país y de otros organismos. Por un lado porque ha sido pillada enviando información de sus usuarios a terceras empresas, algo que en la Agencia de Salud Digital Australiana prometieron que no ocurriría nunca: “Puedo afirmar categóricamente que ninguna de nuestras apps ni ningún uso de los datos que haga My Health Record será vendido a terceras compañías”. A principios de junio, varios investigadores descubrieron que una app gemela estaba haciendo precisamente eso.

Además de eso, la página web de My Health Record utiliza CAPTCHA y reCAPTCHA, el sistema con el que Google alimenta a su inteligencia artificial gracias a la interacción con los humanos. Este sistema, que es como un Test de Turing pero al revés, también ha sido señalado por enviar y recopilar datos de la experiencia del usuario mientras navega por Internet. Integrado dentro de una web que se dedica a gestionar historiales médicos, ¿qué podría hacer?

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