La regulación actual no sirve ante los nuevos retos digitales, alerta el BBVA

El responsable de economía global y asuntos públicos del BBVA, José Manuel González-Páramo, afirmó hoy que el marco regulador actual es incapaz de abordar los nuevos retos derivados de la innovación digital, en particular las cuestiones éticas que plantean la neurotecnología y la inteligencia artificial.

En un evento organizado por la entidad española en Bruselas para debatir las implicaciones de estos desarrollos, González-Páramo consideró que los avances en neurotecnología e inteligencia artificial suponen un “doble desafío”, ya que plantean nuevas cuestiones éticas que no están totalmente cubiertas por las directrices existentes en la actualidad.

“El marco ético y regulador actual no es capaz de atajar los nuevos retos ligados a la innovación digital”, dijo el también consejero ejecutivo del BBVA, al destacar que este carece de la flexibilidad y el dinamismo necesarios y no alcanza a todos los sectores y lugares.

En este sentido, opinó que el marco regulador debería “avanzar hacia una nueva fase” y ser desarrollado sin nociones preconcebidas sobre la tecnología.

“La tecnología no es beneficiosa o perjudicial por sí misma. La clave está en centrarse en cómo se usa y cómo se pueden mitigar sus inconvenientes”, aseguró.

González-Páramo incidió en que la neurotecnología, si bien tiene un impacto positivo en ámbitos como la sanidad, la educación o los negocios, también puede tener “consecuencias no intencionadas”, como “exacerbar la desigualdad social” si los avances se utilizan sobre todo en países desarrollados.

Asimismo podrían abrir la puerta a la manipulación por parte de gobiernos, empresas o cualquiera que tenga acceso a los “datos neuronales” de la gente, que les permitirían “conocer nuestros deseos aún antes de conocerlos nosotros mismos”, advirtió.

Al respecto, indicó que estos avances unidos al desarrollo de la inteligencia artificial plantean cuestiones éticas relacionadas con la privacidad de los datos neuronales o en materia de identidad, ya que “las decisiones y sentimientos de la gente podrían ser alterados por la neurotecnología”.

Añadió que también genera un problema la oportunidad de aumentar la capacidad física y mental de las personas, pues “la posibilidad de crear superhumanos, como Terminator, supone un reto particularmente en el sector militar”, así como la necesidad de evitar el “sesgo” en estos desarrollos, que “deberían tener en cuenta el interés público general”.